11 de julio de 2010, la selección española conquista su primer Mundial
Por Estefanía Ramos
La selección española, con Luis Aragonés en el banquillo venía de conquistar a Europa en 2008 rompiendo el gafe de los cuartos de final en la tanda de penaltis contra Italia y con un estilo de juego que maravillaba a todo el mundo.
El triunfo de La Roja fue incontestable y llegó al Mundial de 2010, ya con Vicente del Bosque como seleccionador, con el cartel de gran favorita y con la sensación de que ese tenía que ser su Mundial, sí o sí. Era su gran oportunidad y no podían desperdiciarla.
El Mundial no pudo empezar de peor forma, con una derrota ante Suiza, pero ese tropiezo no hizo que se cayera en el desánimo sino todo lo contrario. Con la convicción de ganar sí o sí, España pasó la fase de grupos como primera y llegaron los cruces.
Con sufrimiento e instalados en el 1-0, La Roja derrotó a Portugal con un gol de Villa en octavos de final. Llegaba el fantasma de los cuartos ante un rival teóricamente inferior como Paraguay, pero el partido lejos de ser placentero fue duro y trabado con los 22 jugadores empleándose a fondo para alcanzar las semifinales. Nuevamente fue David Villa el encargado de anotar el gol decisivo para España, pero aquella noche el héroe del partido estaba bajo palos y se llamaba Iker Casillas.
El guardameta detuvo un penalti a Cardoso con 0-0, una parada decisiva en el devenir del partido. Y con esa parada y el gol posterior, España rompía la maldición de los cuartos y se encontraba con Alemania en la semifinal.
Los germanos tenían sed de revancha después de que dos años antes Fernando Torres les privase de levantar la Europa, pero España tenía en mente una cosa muy clara: ya habían sido capaces de vencer a Alemania en una final, ¿por qué no iba a suceder lo mismo en las semis?
Y sucedió. A la salida de aquel corner puesto por Xavi, Carles Puyol voló por los aires y con sensacional testarazo metía a España de cabeza en la gran final. El gran partido de su historia.
Y llegó el día. Aquel 11 de julio de 2010, España entera sufrió y vibró con su selección. Los nervios al ver cómo avanzaba el crono sin conseguir batir a Holanda, los sustos y posterior alivio con las ocasiones de Arjen Robben desbaratadas por Casillas y su pie salvador, y el éxtasis. En el minuto 116, el minuto de Iniesta, el centrocampista manchego conectaba un balón y chutó a portería con el alma y con el empuje de todo un país para batir a Stekelenburg. Ese día, el cielo de Sudáfrica y del mundo entero se tiñó de rojigualda para ver a España levantar su primer Mundial y así entrar en los altares de la historia del fútbol.
Aquel 11 de julio de 2010, la selección española vivió en el estadio Soccer City de Johannesburgo un momento único, quizá el más importante y especial de toda su historia.