Adiós a Marcelo: el Real Madrid se despide de uno de los mejores jugadores de su historia
Por Álvaro Pelayo
El Real Madrid está de celebración, pero no todo puede ser fiesta y buenas noticias y el final de temporada viene acompañado de movimientos en la plantilla. Son varios los jugadores que llevan en el Real Madrid casi 10 años y que este verano pondrán punto y final a su etapa en el club blanco. Isco ya ha anunciado por sus redes sociales que se marcha con una bonita carta a los aficionados, pero la marcha más dolorosa del año será sin duda la de Marcelo.
El lateral brasileño llegó al Madrid hace ya 15 años, en enero de 2007, y desde el primer momento se enfrentó al desafío de tener que suplir la marcha de Roberto Carlos, uno de los mejores laterales de la historia. La cosa no le fue tan mal si tenemos en cuenta que ha jugado en el Real Madrid 15 temporadas y se marcha del equipo como el jugador con más títulos de su historia.
En esos años, Marcelo hizo que los aficionados madridistas nos olvidásemos de la marcha de Roberto Carlos y además demostró al mundo su calidad, siendo uno de los laterales más verticales que se recuerdan. Estando en el Real Madrid, Marcelo ha sido nombrado 3 veces en el once del año de la UEFA, 6 en el de la FIFA y tres veces en el de la Liga de Campeones, entre otras tantas distinciones individuales.
Pero aparte de los títulos que ha ido coleccionando con el paso de los años, Marcelo ha aportado mucho más que eso al club. Marcelo es un ejemplo de entender el madridismo, fruto de llegar al equipo tan joven y fijarse en los entonces veteranos del club. Marcelo adoptó ese rol de veterano hace ya un tiempo y ha sido un ejemplo para todos los jóvenes que han ido llegando al Bernabéu.
Además, ya como capitán después de la marcha de Ramos, Marcelo se quedó como primer capitán del Real Madrid, aunque esto coincidía ya con la etapa final de su carrera en el equipo. Aún siendo el capitán y no disputando tantos minutos como querría, el brasileño nunca puso una mala cara y apoyó al equipo en todo lo que pudo, sin quejarse de la falte de minutos o de cualquier otra cosa. Siempre ha mostrado un respeto por el club que más de uno debería de fijarse a ver si se le pega.
La despedida no pudo haber sido mejor, después de ganar Champions y Liga y celebrándolo con toda la afición en el estadio que ha vivido noches mágicas de Marcelo. Se marcha una leyenda del Real Madrid, de esas que cuesta despedir, pero siempre quedará su ejemplo en el vestuario.