Adriano: el 'Emperador' que perdió su reino
Por Futbox Media
Viendo la Copa América este año, se me vino a la cabeza la cantidad de delanteros que hemos visto en otras ediciones de la Copa América.
Ninguno como "Il Imperatore"
En Italia abundan muchos ¨Ídolos Stranieros¨ que dejaron su huella en el Calcio Italiano. Si me voy hasta mi niñez en los 90’, se me llena la cabeza de nombres como Cafú, Seedorf, Ronaldo, Batistuta, Rui Costa, Shevchenko, Crespo, Zamorano, Dunga, Zidane, Van Basten, Gullit, Matthäus, Bergkamp, Gascoigne, Klinsmann, Jugovic, Thuram, Martin Vazquez, Aldair, Scifo, Nedved, Völler, Berthold, Salas, etc.
Uno estaba tan acostumbrado en esa época a ver el Calcio plagado de estrellas y era la mejor liga del mundo en durante la década. Ver un Inter – Juventus, seguido por un Lazio – Parma, un Roma – Sampdoria, Milan – Fiorentina; significaba un domingo redondo!
Sábado 7 AM y yo tenía ESPN a todo volumen mientras mis padres seguían roncando hasta que los despertaba con el primer grito de gol. Imagínense para el Mundial Corea – Japón 2002. La puteada que me llevaba cada día por despertar a las 3 AM para ir viendo la previa del primer partido. Hasta que aprendieron a dormir con la puerta cerrada por mi culpa.
En fin, ésa década de los 90 todos estábamos maravillados con lo que era Ronaldo Nazario en la cancha. Un verdadero MONSTRUO. Pero este relato no es acerca de él. No. Es acerca del que era su heredero natural como goleador de La Canarinha. Los que me conocen ya saben de quién hablo. Imagínense al gordito Ronaldo, con un físico de peleador de MMA y con la zurda de Roberto Carlos.
¨Eso¨ era Adriano Leite Riberio. Una bestia para driblar y dejar todos en el camino con su potencia y técnica dotada, finalizando con un riflazo de casi 130 Km/hr rompiéndole el arco y el orgullo al arquero que se ponía por delante. Un canal italiano publicó el 2004, que un tiro libre de Adriano llegó a alcanzar los 129,7 Km/hr. Un verdadero animal.
Como muchos futbolistas criados en favelas
Adriano llegó a debutar en Junio del año 2000 con el Flamengo. El Inter Milan no esperó a que otros equipos se lo llevaran y lo fichó en el verano del 2001.
El muchacho acababa de llegar, entrenó dos días con el equipo y se fueron a jugar un amistoso contra el Real Madrid por el Trofeo Bernabéu. Entró al terreno de juego con la dorsal 14, faltando pocos minutos para el final del amistoso y nos dejó a todos “boquiabiertos” con su cañonazo, un golazo de tiro libre que le rompió el arco a Casillas que dió el triunfo a los de fuera, a los nerazzurri.
Un pequeño detalle, Clarence Seedorf le cedió el tiro libre para que se mostrará en el Viejo Continente.
El único problema/bendición? Héctor Cúper tenía un superávit de delanteros goleadores que siempre respondían haciendo el trabajo asignado del profe. Jugaba con 2 adelante así que tenía que escoger entre : Mohamed Kallon, Ronaldo, Chino Recoba, Christian Vieri y Nicola Ventola.
Así que el profe Cúper decidió mandarlo para la Fiore por unos meses, vuelve al Inter y la Parma estaba al acecho. Al Inter no le quedó otra más que venderlo. El profe Cesar Prandelli estaba enamorado de su juego y lo quería poner al lado de Adrián Mutu y delante de leyenda japonesa Nakata.
Rápidamente Adriano se ganó la hinchada y el apodo de ¨ l’imperatore¨, eso sí, con su propio estilo de Jogo Bonito. No era algo como lo que hacía Dinho, para nada. Era más como ver un Rinoceronte en una estampida gambeteando a todos los que se le cruzaba. Potencia, fuerza, velocidad, habilidad y efectividad. El delantero perfecto. No me la creen? Dense 5 minutos de su vida y busquen en YouTube los partidos de Adriano en el Parma, Inter y la Selección Brasileña.
Con Mutu llegaron a hacer juntos más de 30 goles esa temporada, haciendo que Héctor Cúper se quiera arrancar los pelos por haberlo vendido.
Roberto Mancini corrige ese error y lo repatria al Emperador para ponerlo junto a la Brujita Verón, Kily González, Cuchu Cambiasso, la Cobra Stanković, Oba Oba Martins, Chino Recoba, Bobo Vieri, Javier Zanetti, Iván Córdoba, Mihajlović, Favalli y Toldo entre otros.
Aún así se agarró la camiseta #10.
Y con mucha razón. Los nerazzurri y su gente rápidamente se identificaron con este gladiador brasileño, y él sabía desde muy temprano que ése era su hogar. Reventando arcos aquí y allá, de visitante y de local. Buffon y el resto de los arqueros del Calcio sabían lo que significaba si dejaban que la Bestia se perfilara para su zurda. Era firmar su muerte!
Ni qué decir de sus números en la Selección. Bendito también por formar parte de ese Brasil que tenía 22 Estrellas de Clase Mundial dentro de su plantilla de 24 jugadores. Ese equipo era mucha dosis. El gol que le hacen a Chile en las Eliminatorias para el Mundial de Alemania 2006, representaba lo que era el Jogo Bonito de ese equipo.
Adriano fue el máximo goleador de la Copa Confederaciones y la máxima figura de la competición. Así se perfilaba para el 2006, nada más que cosas enormes para la carrera de ésta Bestia futbolera.
Eso parecía. Un día, en pleno entrenamiento con el equipo del Inter, Adriano recibe la peor llamada de su vida.
“Cuando recibió la llamada telefónica sobre la muerte de su padre, estábamos en la habitación. Descolgó el teléfono y comenzó a gritar de una forma que nadie puede imaginar. Todavía me estremece”. Así lo describió el Pupi Zanetti.
"“Se puede perder al jugador pero al hombre no. Lo importante es que él (Adriano) sea feliz”."
- José Mourinho
En ese momento,
el argentino se sintió más unido a Adriano que nunca y comenzó a cuidar de él: “Desde ese día, Massimo Moratti y yo lo tratamos como a un hermano menor. Él continuó jugando al fútbol, anotando y dedicando sus goles a su padre al señalar el cielo. Pero después de esa llamada telefónica, nada fue igual que antes”. Sin embargo, admite que no consiguieron salvarle: “No pudimos sacarlo del túnel de la depresión y esa fue mi mayor derrota, me sentí impotente”.
Y es que en el Inter de Milán, estaban convencidos de que Adriano llegaría a ser tan bueno o mejor que Ronaldo.
“Una noche, Iván Córdoba compartió una habitación con él y le dijo que era una mezcla entre Ronaldo y Zlatan Ibrahimovic y le preguntó si sabía que se convertiría en el mejor del mundo. Cuando marcó ese gol en el Real Madrid, me dije a mí mismo que habíamos encontrado el nuevo Ronaldo”.
Su padre era todo para él. Un hombre que trabajaba para sus hijos, sacrificando su propia comida, para poder comprar chuteras, pagar el pasaje del bus al entrenamiento y apoyar a su hijo en su sueño. Su mejor amigo, su padre, el que estuvo siempre ahí para él, ya no más.
Adriano perdió el rumbo y acabó en ese vicio que ha destrozado tantas carreras futbolísticas y familias. Un hoyo negro para el Emperador.
Mourinho lo trajo de vuelta al Inter e intentó de todo. A tal punto que un día llegó en estado de ebriedad y lo metieron a la enfermería para que la prensa no lo vea.
“Se puede perder al jugador pero al hombre no. Lo importante es que él (Adriano) sea feliz”. Mourinho, paternalista como siempre, lo tuvo bajo su cuidado por mucho tiempo.
Zlatan lo admiraba y nunca se guardaba palabras para él. “Nadie podía quitarle la pelota, era un animal. Jugué con grandes campeones, pero con él sentí que podía jugar por muchos años, ya que con Adriano me sentí cómodo”.
Pero el Emperador ya se había rendido. Ya sentía que perdió su Reino y no había vuelta atrás. Perdió la razón y el motivo de jugar feliz con la pelota.
Tras varios intentos fallidos de volver a ser él mismo (aunque nunca dejó de anotar goles), Adriano se retiró el 2016.
"“Después de la muerte de mi padre, caí en una depresión que me llevó a la bebida. Sólo era feliz cuando bebía. Salía cada noche, y bebía todo lo que se pueda imaginar: vino, whisky, cerveza, mucha cerveza. La gente piensa que fui tonto por renunciar al contrato millonario que tenía, pero la verdad es que no hay dinero que pueda comprar el cariño de la familia. Renuncié a tantos millones, pero compré la felicidad”."
- Adriano
Adriano terminó en la misma lista de Sócrates, Gascoigne, George Best, Garrincha y el Mágico González. Dentro del 11 ideal de Jugadores Alcohólicos. Su historia es una de las que más me gusta, especialmente porque nos hace recuerdo de valorar a nuestros seres queridos mientras están en ésta vida.
No hay un sólo día que no piense en Adriano, sus goles, su historia. Bueno, cómo podría olvidarlo, si mi hijo lleva su nombre, y pienso en él todo el día.