Amedeo Carboni: "Perder la final de Champions contra el Real Madrid fue duro pero nos dolió más contra el Bayern"
Por Jacobo Levy
Hubo un tiempo en el que el Real Madrid y el Barcelona no tenía en monopolio de la liga española. A principios del siglo XXI, el Deportivo de la Coruña ganó una liga (2000) y fue segundo en las dos temporadas siguientes. La Real Sociedad también estuvo a punto de dar la sorpresa en 2003, pero sin duda el equipo más exitoso de los primeros años del nuevo siglo fue el Valencia. Campeones de liga en el 2001 y 2003, finalistas de Champions en el 2000 y 2001 y campeones de la UEFA en 2003.
Este fin de semana se cumplieron 19 años de la final de la Champions League contra el Bayern de Múnich y hoy se cumplen 20 de la final de París contra el Real Madrid. Amedeo Carboni, legendario lateral del club ché, habló en exclusiva con 90min y repaso su paso por el Valencia y, cómo no, la época dorada de uno de los mejores Valencia de la historia.
¿Cómo fue tu llegada al Valencia?
Yo era uno de los pocos jugadores de la Roma por aquel entonces que estaba en la selección. Era el capitán de la Roma y sufrí una lesión importante en el tendón de Aquiles. Yo todavía tenía otro año de contrato, pero con Sensi (el presidente) en el último año tuve una relación un tanto complicada, por lo que decidieron venderme. Pero yo no me quería ir a ningún sitio porque me estaba recuperando de la lesión, que era una operación importante. Y teniendo otro año de contrato, me decía que hasta que no me recupere no me puede ir a ningún lado.
Pero en ese momento un famoso agente llamado Antonio Caliendo que trabajaba mucho con España y con el Valencia, había llegado a Roma para ir a hablar con Favalli de la Lazio. En ese momento Cragnotti (presidente de la Lazio) disparó alto, 12 mil millones de liras. Para los españoles esa cifra por un defensor era impensable. Entonces Caliendo, aunque sabía que no estaba bien, todavía quería hacer un negocio y vino a Trigoria diciéndome: “Mira Amedeo, está el Valencia…” y le dije: 'Antonio, no estoy bien. No me estoy entrenando. Solo estoy yendo al gimnasio a hacer ejercicio para recuperarme. Ni siquiera he corrido. ¿A dónde voy?' y él dijo: ' No, no te preocupes, en España son tranquilos, no son tan agresivos '.
En ese momento, la verdad, me llamó Roy Hodgson, entonces técnico del Blackburn, en ese momento un gran equipo. Le dije: 'Míster, te agradezco mucho, pero primero no estoy bien y luego si llevo a mi mujer y mis hijos a Blackburn…’ No es por nada, pero en Blackburn, en el centro de la ciudad hay una fábrica de carbón, por lo que toda la ciudad está gris. Si me hubiera llevado a mi muejr ahí, me mataba.
En cambio, Antonio Caliendo me convenció y fui a su oficina. Hablé con el Valencia, estaban el presidente y el vicepresidente. Llegamos a un acuerdo no sé ni cómo, y lo firme en una servilleta. Ellos dudaban porque estaba ganando como Romario. Yo no sabía lo que ganaba Romario ni me interesaba, pero les dije que con dos hijos y uno en camino no me habría movido por menos de esa cantidad.
A dos días del fin del mercado, me ficharon a ciegas. Entramos en la oficina de la Roma y estaban todos, el presidente, el vicepresidente, los delgados, y yo estaba un poco enfadado porque mi relación con ellos no era la mejor. Intentaron convencerme pero yo entré y les pregunté si ya habían llegado a un acuerdo y les dije que ya se podían ir porque yo tenía que hablar con el Valencia. No me puedo olvidar de la cara del presidente de Valencia que hizo un gesto a su vicepresidente como para decir '¿a quién compramos?'
Pero luego el terreno de juego te dio la razón...
Tuve mucha suerte en ese sentido. Porque creo que mi suerte fue comenzar mal en el Valencia. Yo en los primeros 5 partidos me expulsaron en dos partidos. Y es que yo no estaba bien. Teníamos a Valdano de entrenador. Yo legué un jueves por la tarde y ese domingo me tocaba jugar contra el Barcelona. Yo no había corrido en los últimos 3 meses. Yo tenía flato hasta por detrás. Te puedes imaginar el debut, que no fue tan malo, pero me echaron por dos faltas. Pero el hecho de haber empezado mal creo que ha sido mi suerte, porque cambiar la opinión de la gente para mi ha sido un gran sacrificio y me dio fuerza. Y lo logré.
Durante su carrera, tanto con la Sampdoria como con el Valencia, te pasó que perdiste finales para luego vengarte. La venganza en Valencia fue importante porque cuando uno gana el campeonato dos veces en los años del Madrid de los Galácticos, es algo sensacional. ¿Qué se desencadena en un jugador después de la derrota? ¿Cómo te preparas para la próxima victoria?
Es complicado. Porque el fútbol es un deporte de equipo. No es como el tenia donde la fortaleza de cabeza es aún más importante. Pero es verdad que cuando vienes de una derrota tan dolorosa como fue la primera final de la Champions en la que piensas ‘¿Cuando volveremos a una final de Champions con el Valencia?. Es imposible.’ Y justo al año siguiente volvemos a la final y creo que ha sido uno de los años más bonitos, porque el primer año todos nos trataban como la Cenicienta, porque nosotros éramos la Cenicienta en en cada eliminatoria y en todo partido. Podíamos ganar no solo porque éramos un equipo fuerte sino por la sorpresa porque todos de infravaloraban.
Mientras que al año siguiente, no. Al año siguiente todos nos esperaban. ‘Estos no son una sorpresa. El año pasado llegaron a la final y ahora otra vez están aquí, así que...’. Por eso para mí el segundo año ha sido el más bonito y la perdimos en los penaltis. Creo que esa es la que más nos dolió.
Luego la suerte de haber llegado en los años más bonitos no solo del Valencia si no del boom económico y social de España en general. En el ambiente de fútbol, España dominaba en Europa. Luego ganar la liga, Copa UEFA, volver a ganar la liga, Supercopa, Copa del Rey,... Han sido una serie de victorias muy bonitas e importantes en los años del Real Madrid de Zidane, Figo, Roberto Carlos, Raúl, Casillas y todos esos grandísmos jugadores.
Yo creo que el grupo en sí es lo que te da eso. Porque tu cuando juegas si es verdad que tienes tu zona, tu mente, tu momentum, pero el grupo es lo que más te ayuda y era un grupo fuerte, unido.”
En esas dos finales el técnico del Valencia era el argentino Héctor Cúper. Un gran técnico que sin embargo ha pasado a la historia del fútbol como un gran 'perdedor' de finales. En el Mallorca perdió la final de la Copa del Rey de 1997 y la final de la Recopa en 1998. Con el Valencia las mencionadas finales de la Champions. En el Inter, perdió el Scudetto en la última jornada después de tirar por la borda una gran distancia con la Roma y la Juventus en la clasificación. En Grecia también perdió la final de la Copa de Grecia con el Aris de Salónica contra el Panathinaikos y por último con la selección de Egipto en la final de la Copa de África contra Camerún.
En el Valencia tuviste a Héctor Cúper que luego llegó a Italia a entrenar al Inter y al Parma. Con el Inter pasó lo del 5 de mayo (ndr: El Inter era líder de la serie A en la última jornada y el 5 de mayo perdió contra la Lazio dejando en bandeja el Scudetto a la Juventus que ganó en Udine)...Se ha creado un poco la fama de perdedor. ¿Qué tipo de entrenador era?¿Le faltaba algo cuando llegaba a la final? ¿O simplemente era casualidad lo que le ha sucedido a lo largo de la carrera?
Yo creo que es casualidad. Porque no era un entrenador al que le gustaba cambiar. Para él el equipo era casi siempre el mismo. Capaz no conseguía transmitir su tranquilidad. Era muy introvertido, lo dejaba todo dentro. No reía mucho, era siempre muy reservado. Pero es una persona exquisita. Una mente exquisita.
Te puedo contar una anécdota importante. En el último año que Cúper estaba en el Valencia venían los ojeadores del Inter a vernos durante la semana. Y una semana me llamó Mario Corso, que era el ojeador del Ínter. Me llamó y me dijo, ‘Hola Amedeo, estoy en Valencia. ¿Me dices como llego del centro de la ciudad a la Ciudad Deportiva?’. Le dije: ‘No, no. No hay ningún problema, pasó por ti y vienes conmigo a entrenar’. Yo lo llevé toda la semana al entrenamiento. El último día le quería hacer una broma. Una vez que terminó el entrenamiento, estaba fuera viéndonos. En España los entrenamientos eran abiertos, así que la gente podía estar al borde del campo a vernos, no eran cerrados. Le dije que íbamos a tomar un café y en su lugar lo llevé al camerino de Cúper. Yo con Cúper tenía una relación muy cercana. Se lo presenté al mister y comenzamos a reírnos.
Cuando fichó por el Inter, me quiso llevar con él, pero le dije que no y se llevaron a Gresko. Después del 5 de mayo me dijo que era mi culpa. Cuando me pidió que lo siguiera, le dije: Míster, no puede ir al Inter con un jugador de 36 años, te matan’.
En el verano de 2001, Mendieta va a la Lazio. Se pagaron 90 mil millones de liras, había grandes expectativas y no pudo imponerse. ¿Qué jugador conociste? ¿Y por qué, en tu opinión, no funcionó con la camisa Lazio?...
Mi opinión, que luego se ha demostrado, es que para un futbolista español en Italia es muy complicado a nivel mental. Es complicado soportar la presión mediática que yo por lo menos no la he vivido en España y mira que en el Valencia en esos años había mucha prensa. Pero no con la misma presión que en Italia. Para mí era un paraíso en España. Para los italianos era un paraíso. Sin dudas. Pequeños cosas. Me tomó dos meses entenderlo. Yo estaba siempre en silencio en la comida antes del partido, en el autobús. En España no. En España, música, bromas, saltos en el autobús. Jugabras contra el Madrid, contra el Extremadura, contra el Albacete era todo lo mismo. Un ambiente muy alegre, estilo sudamericano, muy braslieño.
En Italia sin embargo no. Para un futbolista español es muy complicado, es todo muy cerrado. Nosotros lo vivimos de una forma demasiado intensa y los jugadores no consiguen mostrar sus cualidades. En Italia hay miedo a fallar, en España nunca lo sentí, la verdad.
Después de Cúper llega Benítez y el año del Doblete. Tu vuelves a Goteborg, donde ya habías ganado con la Sampdoria. ¿Cómo fue esa temporada?
Fue una temporada en 2005 donde ganamos la liga, la Copa UEFA y luego con Ranieri ganamos la Supercopa de Europa. Que si no la ganas no le importa a nadie, pero si lo ganas, lo conocen todos.
Estamos hablando del Valencia, no del Madrid o del Barcelona, que no digo que estén acostumbrados, pero lo normal es que cada dos o tres años ganen algún título en Europa. Pero en el Valencia vivir en 5 años todos esas victorias y también algunas decepciones como las finales de la Champions, que aun así fueron un gran éxito. No podías andar por la calle, había una euforia, porque además coincidía con un ‘boom’ económico y social importante en España. La gente estaba super feliz y lo sentías. Y sobre todo en el Valencia que esa temporada tenía una plantilla excelente que siempre mantuvo la columna vertebral importante con Cañizarez, Ayala, Yo, Pipo Baraja, Albelda. Jugadores que nunca se iban y formaban la columna del equipo y luego el resto que llegaban y aportaban cosas como Carew, Mista… Angulo también estaba en esta columna vertebral, Vicente, Kily Gonzalez, Aimar.
¿Quién es el compañero de equipo con más calidad con el que has jugado?
Muchos. A mi me dio mucha pena por Vicente, que se lesionó en Europa en Alemania. Para mi era el mejor extremo de Europa. Era muy bueno, tenía gol, fuerte fisicamente, era rápido, muy técnico y con una zurda de oro. Para mi fue un gran jugador que no tuvo suerte. Después de esa lesión en la que se rompió el tobillo fue un calvario para él. Pero he tenido la suerte de
Jugar al lado de futbolistas importantes como David Villa, un delantero tremendo, Aimar, Mendieta, que en España era tremendo, ‘Pipo’ Baraja, un centrocampista difícil de encontrar. Un ‘8’ que hacía funciones defensivas y ofensivas. En el año que ganamos la liga hizo 8 goles y fue nuestro pichichi. Era complicado decir quien era el mejor.
Mientras estuviste en el Valencia. ¿Tuviste ofertas del Real Madrid o Barcelona?
Era muy viejo. El entrenador del Real Madrid en aquella época, JB Toshack quería fichar a Naybet, central del Deportivo de la Coruña de 31 o 32 años. Me acuerdo que en el periódico leí que el presidente no estaba seguro del fichaje porque creía que ya era viejo, y Toschack le dijo que no se preocupara, que máximo jugaba un par de años en el Real madrid y luego lo vendían al Valencia donde el más joven tenía 35 años. Porque estábamos Angloma, Zubizarreta, yo,...Pero no,no. Era demasiado viejo para ellos. Aunque jugué hasta los 41 años, no era fácil que un club así te comprase con 34 o 36 años.
¿Y con Benítez, qué relación tuviste? El también ganó cuando se fue del Valencia con el Liverpool pero luego en el Inter le costó? ¿Crees que también sufrió esa presión mediática?
No, no. Son dos cosas diferentes. Mi relación con Benítez comenzó mal desde el principio. Él no era la primera opción del equipo, acaba de ganar la liga con el Tenerife (segunda división), así que máximo era la cuarta opción.
Él llegó al Valencia y tenía ya 34 o 35 años, por lo que pensó que yo estaba ahí para retirarme. El primer entrenamiento me viene y me dice. “Tranquilo Amedeo, no te preocupes, yo te voy a ir dosificando’. Y yo estuve todo el entrenamiento pensando en eso y al terminar llegué al vestuario y le dije: ‘Mister, creo que no nos hemos entendido. Si usted piensa que yo estoy aquí para entrenar y jugar de vez en cuando si alguien se lesiona… Usted me debe tratar como a cualquiera. Que yo tenga 35 o 25 años no cambia nada. Si ve que puedo jugar, me pone, si no, no. No me trate como aquel viejo que tiene que mantener el buen ambiente, no hacer problemas…” Desde ese momento, fui titular siempre.
Luego se fue al Liverpool y también triunfó ahí. Pero en el Inter me acuerdo que lo lleve yo que era amigo con Branca. Pero ahí el problema es que llegó después del triplete. Así que los jugadores, después del Mundial, llegaron tarde. Así que cuando hizo la pretemporada creo que éramos 15. No hicimos apenas preparación. Y nos pusimos de acuerdo el cuerpo técnico y la directiva para la llegada de 3 jugadores: Mascherano, Aléxis Sánchez del Udinese y otro centrocampista más. El presidente al principio estaba de acuerdo pero, luego, no se porqué, cambió de idea. Luego, ganamos el Mundialito y creo que Benítez dio esa entrevista para que lo despidieran quejándose de que el presidente le hizo promesas y no fichó a nadie y luego cuando si lo echaron, ficharon a 11 jugadores.