América apuesta por entrenadores que no saben lo que es ganar títulos

Las exigencias, en un club como América, son siempre las más altas. Los aficionados de las Águilas no se conforman con que su equipo gane. Quieren verlo campeón torneo a torneo, cualquier otro resultado lo consideran un fracaso. 

Y la directiva le suma otro aliciente a esta exigencia. Los de pantaloncillo largo quieren que el club gane, salga campeón y encima ofrezca un buen espectáculo. Sin embargo, al momento de escoger a su director técnico, sobre todo en los últimos años, se apuesta más por el proyecto a largo plazo que por el resultado inmediato.

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Tras la salida de Miguel Herrera apostaron por Solari. El argentino dirigió al Real Madrid, sí, pero tenía poca experiencia en el máximo circuito… de títulos mejor ni hablemos. ‘Tano’ Ortíz entró como interino y acabaron por dejarlo, ya que entregó muy buenos resultados.

Sin embargo, el no llegar a la final comenzó a inquietar a los hinchas. Y aunque fue el propio Fernando Ortíz quien decidió hacerse a un lado, de no conseguir el título en el torneo de Apertura 2023 habría terminado por salir de la institución.

Su lugar fue ocupado por el ex director técnico del Atlético de San Luis: André Jardine. Campeón olímpico con Brasil en 2021… hasta ahí.

Si nos echamos un clavado en el historial de directores técnicos contratados por el Club América, nos encontraremos con un dato que pocos esperaban.

De los últimos tres entrenadores que lograron sacarlos campeones, dos de ellos obtuvieron su primer título en la vía profesional dirigiendo a las Águilas: Mario Carrillo y Miguel Herrera. El otro fue Antonio: el ‘Turco’ Mohamed, quien sí tenía ya algunas copas en su haber.

¿Por qué el América, siendo un equipo cuya meta es siempre salir campeón, apuesta seguido por entrenadores que no se caracterizan precisamente por levantar copas?

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