Antes que jugar otra final con Boca, prefiero quedarme afuera de la Libertadores

Si vemos que Boca avanza, dejemos que sean felices. Total contra nosotros no van a ganar.
Si vemos que Boca avanza, dejemos que sean felices. Total contra nosotros no van a ganar. / Matthew Ashton - AMA/Getty Images
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Hoy se cumplen dos años de aquel mítico 9 de diciembre de 2018. Ese que creemos que es único, irrepetible y eterno. Por eso, ¿para qué vamos a poner en riesgo nuestro privilegio? Si vemos que Boca avanza, dejemos que sean felices. Total contra nosotros no van a ganar.

La alegría es eterna y créanme que es impagable. Haber ganado la Copa Libertadores en una final épica, ante Boca y en Madrid (sí, ¡en Madrid!) es algo que a ningún escritor se le hubiese imaginado. Y fue para River. Fue 3-1. Lo recordamos como si hubiese sido hoy, lo disfrutamos para toda la eternidad.

Ahora bien, ¿quisiera volver a pasar por ese momento? Y, la verdad que no. Yo, Franco Formoso, no quiero volver a jugar una final contra ellos. Aunque el fixture se empecine en decirme que es posible verle las caras en el Maracaná para una nueva definición, yo prefiero ir para atrás en semifinales y quedarme con las ganas. Al menos, en esta edición.

Otra final con ellos no, ¿para qué? Si me consumió la vida ese mes infinito. Que se suspende la ida por lluvia, que se juega al otro día. Después, lo de las piedras al micro de Boca en el Monumental. Que la perdemos por escritorio, que nos sacan del Monumental... ¡Que nos vamos a Madrid! Es demasiado, créanme, es mucho.

Por eso se disfruta tanto, por todo lo que se sufrió para obtenerla. Porque se hizo justicia divina después de que muchos quisieron ver caer a River a costa de episodios injustos. Porque quisieron hacerle pagar platos rotos de una vajilla a la que el club de Núñez nunca tuvo en su alacena. Por eso y mucho más, no quiero volver a jugar con ellos.

¿Si el destino se empecina y jugamos igual? No va a significar ni por asomo todo lo que aparejó en sentido emocional aquella de Madrid. Por todo lo que pasó antes, por cómo se vivió durante y por los festejos después. Pero no quiero. No quiero volver a verlos en una final. Ya tuvieron su momento. Pero fue nuestro, y así pretendo que sea para toda la vida.