Cada uno con sus virtudes, Armani y Rossi volvieron a demostrar que están a la altura de la selección argentina
"Para la selección argentina hay que elegir a los arqueros que están atajando afuera, no es lo mismo que te patee Mbappé a que lo haga un delantero en la Liga Profesional o en la Copa Libertadores", es el discurso que sostienen muchos fanáticos a la hora del debate sobre los guardametas del plantel de Lionel Scaloni.
No discuto que algo de razón tengan en la afirmación, a mi parecer, pero al mismo tiempo opino que el hecho de que estén atajando en Europa no significa que tengan que ser convocados obligatoriamente por encima de los guardametas del fútbol local, como en este caso Agustín Rossi y Franco Armani, quienes defienden el arco de los dos clubes más importantes del país argentino.
En esta semana de Libertadores, cada uno de ellos volvió a demostrar por qué no es descabellado considerarlos por detrás de "Dibu" Martínez para el Mundial de Qatar 2022: Rossi se agigantó una vez más para los penales, con Boca ante Corinthians, con una virtud a esta altura innegable para intuir dónde y de qué forma ejecutará el rival, lo que puede ser clave para una Copa del Mundo, más allá de que el habitual titular también haya demostrado su facilidad para esa vía.
Armani, por su parte, fue clave para que Vélez no convirtiera más goles frente a River en el José Amalfitani, tapándole dos pelotas impresionantes a Abiel Osorio, delantero rival, que de haber sido goles hubieran cambiado la serie: de esta forma, ha quedado todo abierto para la revancha en el Monumental, donde el guardameta volverá a demostrar de qué está hecho.
Dos arqueros coperos, con distintas virtudes y defectos, pero con una personalidad que jamás hay que subestimar. Scaloni lo sabe y por eso deberá tenerlos en cuenta a la hora de armar la lista definitoria. Armani ya viene siendo parte y seguramente viajará, mientras que lo de Rossi es muy difícil. Mientras tanto, ellos siguen demostrando.