Como Madrid no habrá otra: una nueva final entre River y Boca no será revancha de nada
Por Franco Formoso
Fue la primera vez en que River y Boca se cruzaron en una final de Copa Libertadores, fue en Europa y fue atípica. No tendría comparación con una nueva definición.
La primera vez de cualquier acontecimiento positivo en la vida del ser humano siempre se recuerda con cariño. Siempre está latente en la memoria e, inalterablemente, es diferente al resto de situaciones que se vivirán después. Por más parecidas, iguales, o incluso mejores que parezcan.
La primera vez de River y Boca en una final de Copa Libertadores fue en Madrid, en el Santiago Bernabéu. Sí, ya sé que el primer partido se jugó en La Bombonera. Pero ese encuentro fue una anécdota al lado de lo que sucedió después.
El partido no se jugo en Núñez, se trasladó DE CONTINENTE para la seguridad de los planteles, luego de que un operativo policial fallara de forma espantosa en la llegada del micro de Boca al Monumental. Se fue a Europa, y allí estuvo la Copa. Y no la ganó Boca. La ganó River.
Esa primera vez fue exquisita, si cualquier escritor hubiese querido redactar las líneas de esta historia seguramente nada hubiese sido mejor que lo que pasó. A nadie se le habría ocurrido semejante novela con ese tremendo final.
Dos goles a uno. Final del partido, tiempo extra. Córner para Boca, Andrada en el área, la pierden. La toma Juan Fernando Quintero y se la deja al Pity Martínez, corriendo solo frente al arco y para decretar el 3-1 final con el que los hinchas de River siguen soñando. Y por el que los de Boca continúan sus pesadillas.
Por estas razones, y por otras tantas más, ¿qué nos haría pensar que una nueva final entre River y Boca seria una revancha de aquella? Nada es igual, mucho menos la primera vez. Y en esa, en ese paso inicial, los de Gallardo alcanzaron la gloria eterna. Esa que no se borrará ni aún pasando lo peor en una nueva e hipotética definición ante los primos.