Cristiano Ronaldo, el traidor de Old Trafford

Cristiano Ronaldo
Cristiano Ronaldo / Laurence Griffiths/Getty Images
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El fútbol ha dejado de ser un deporte para convertirse en uno de los buques más grandes de la industria del entretenimiento. Arrasa en muchísimos países, sobre todo de Europa y de América Latina. Más allá de futbolistas y técnicos, existen muchísimas personas que, directa o indirectamente, viven del balompié. Esto ha derivado en el fútbol moderno y mercantilizado, en el que se prima la mercantilización, el dinero, la publicidad, el martketing y la globalización por encima del aficionado local. La capitalización del fútbol.

Esta capitalización produce un efecto en la moral de los inversores. Olvidan sentimientos y comienzan a gestionar a los equipos como grandes empresas multinacionales, con clientes a lo largo de todo el planeta. Se apuesta por la creación de contenidos, la dominación de espacios y la expansión de la marca. Hasta se abren franquicias y los clubes se repiten por países. El fútbol se ha McDonaldizado.

Sin embargo, los estadios, las entradas, la cultura de las ciudades y el sentimiento perduran. Al contrario de los deportes norteamericanos, el fútbol tiene un componente de pasión que nadie puede saltarse, pues forma pase de su base, sobre el que se sustenta su grandeza porque los hinchas son los únicos que jamás abandonarán al club. Esto no solo se le ha olvidado a dirigentes, sino también a algunos jugadores, entre ellos Cristiano Ronaldo.

Cristiano Ronaldo
Cristiano Ronaldo / Laurence Griffiths/Getty Images

Cristiano Ronaldo debe su leyenda al Manchester United y al Real Madrid. Es impensable verle vestir la elástica blaugrana como debería serlo verle con la camiseta del Benfica, el Oporto, el Liverpool o el Manchester City. Sin embargo, no va a cumplir fidelidad a su escudo. El luso ya tiene un acuerdo y está dispuesto a romper con la idolatría de Old Trafford, convertirse en el villano del Teatro de los sueños.

Nunca pasa demasiado tiempo para los ídolos y los hinchas del Manchester United jamás podrán olvidar la traición que está a punto de cometer. El portugués va a tirar por la borda años de buenos deseos, melancolías, recuerdos y peticiones de regreso cuando fiche por el Manchester City. Pasará de admirado a odio, cruzará la débil línea que separa el amor del odio. Ningún red devil le perdonará esta traición. Quedará señalado para siempre.