El 6 de España: Iniesta llegó al Mundial de milagro y se encargó de construir el milagro en la final
El Mundial de todos los españoles. Hace ya 12 años de aquel torneo que unió a todo un país alrededor de la televisión para ver el mejor fútbol que jamás se ha practicado en una competición de este calibre. Cuando hablamos de las grandes selecciones de la historia, siempre se nos vienen a la cabeza las mismas; la naranja mecánica, la Brasil de los 70 y la España de 2010.
Lo romántico de esta historia es que el héroe fue quien tenía que serlo: don Andrés Iniesta. El manchego venía de un año plagado de lesiones en el que no había conseguido encontrarse asimismo dentro del terreno de juego. El propio Seydou Keita jugó más minutos en el Barcelona que el bueno de Iniesta.
Llegó de Milagro al Mundial con muchas más preguntas que respuestas, pero fue echar el balón a rodar y volver a ser el de siempre.
Ese centro del campo compuesto por Sergio Busquets, Xabi Alonso, Andrés Iniesta y Xavi Hernández pasará a la historia como la medular más dominadora de todos los tiempos. Nadie era capaz de poner en aprietos a un centro del campo prácticamente perfecto. Cuatro jugadores elegantes, defensivamente sobresalientes y ofensivamente superdotados.
Llegaron a una final en la que España necesitaba un héroe. Precisaba de una figura que pasaría a la historia por aquel partido, y ese hombre tenía que ser Iniesta. Ya en la prórroga, cuando todo parecía perdido, fue él quien evitó los penaltis con un derechazo que rozó Stekelemburg.
Toda España puede recitar de memoria la jugada desde que Eljero Elia pierde el balón hasta que Cesc Fábregas cede a Andrés para que no se oyese más que el silencio previo al estallido de júbilo.
Todo eso con el seis a la espalda, con esa camiseta azul que ya ha pasado a la historia del deporte español. Todo eso con el peso de todo un país. Gracias Andrés.