El Chelsea de los grandes fichajes no puede ser octavo
Por Adrían Marcos
"Cuando ganamos al Leeds en diciembre dije que no éramos candidatos al título y ahora sigo diciendo que hace falta tiempo. Cualquier reconstrucción duele: duele detrás de las cámaras y a veces duele en el terreno de juego", sentenció Frank Lampard después de verse vapuleado por el Manchester City. Y es normal que al técnico inglés le duela todo después de lograr solo un triunfo en sus últimos seis encuentros, que han metido de lleno al Chelsea en una crisis.
Hace un mes los 'Blues' peleaban por el liderato con el Liverpool y el Tottenham Hotspur, y ahora engrosan la lista de candidatos a entrar en los puestos europeos en una octava posición que está muy lejos de las expectativas generadas en verano. Después de enlazar 17 encuentros sin conocer la derrota entre todas las competiciones, el equipo de Stamford Bridge necesita una nueva inyección de moral para recuperarse de su mala racha.
Si bien es cierto que la Premier League está más apretada que nunca y que un partido puede colocarte en entre los cuatro primeros o relegarte a la décima plaza de la tabla, el Chelsea no puede permitirse estar lejos de la cabeza después de su revolución estival. Roman Abramovich invirtió cerca de 250 millones de euros en el pasado mercado de fichajes, más que nadie en Europa, y después de ver a su equipo en lo más alto sufre ante la situación actual.
Dice mucho de este Chelsea que el fichaje más destacado hasta la fecha haya sido Edouard Mendy, que cambió por completo la imagen del equipo con su llegada estelar. El franco-senegalés parecía un muro infranqueable entre octubre y noviembre, pero se le han ido pegando los fallos de Kepa Arrizabalaga, dejando abierta la portería 'blue'.
Aún así su rendimiento está por encima del mostrado por las dos teóricas nuevas estrellas del equipo. Kai Havertz aún no ha encontrado su sitio a las órdenes de Lampard pese a su gran talento y Timo Werner ni se acerca al goleador que era en Leipzig al acumular 12 partidos consecutivos sin marcar, una mala racha que no conocía desde hace seis años. Junto a ellos Ziyech parece haber gastado toda su magia, Chilwell ha perdido gasolina y Thiago Silva hace lo que puede en la zaga.
La humillante derrota que sufrieron ante el Manchester City en Stamford Bridge, encajando tres tantos en media hora y asistiendo a un recital de fútbol de los 'citizens', debe ser un punto de inflexión para Lampard, si no quiere que sea un punto y final a su etapa en el banquillo. La derrota frente al Everton inició la caída y ahora dos rivales a priori factibles como el Morecambe en FA Cup y el Fulham deben servir como impulsos para remontar y seguir la estela de los grandes.
El Chelsea necesita recuperar en estos encuentros su mejor forma porque después llegara el Leicester y después de no haber sido capaces de imponerse a ninguno de los equipos del 'Big Six', la victoria ante los 'foxes', rivales directos por Europa, es crucial. Y con este panorama, con la necesidad de volver a la senda de la victoria, se presentan los meses de enero y febrero, que Lampard espera superar para llegar al duelo ante el Atlético de Madrid, que espera rematar esta crisis.