El Premio The Best pierde credibilidad con Cristiano y Messi entre los finalistas
Por Adrían Marcos
El premio The Best nació en 2016 como competencia al Balón de Oro que desde 1956 entrega 'France Football' para reconocer al mejor futbolista del año y no parece que vaya a sobreponerse a las críticas que de un tiempo a esta parte había comenzado a recibir el galardón de la revista gala. Si en 2019 ya hubo quejas por entregar a Leo Messi el trofeo, en este 2020 tan atípico los reproches se han adelantado y ya se escuchan tras conocer a los tres candidatos finales.
Si bien es cierto que hay pocas dudas de que será Robert Lewandowski quien terminará levantando el premio que tienen en sus vitrinas Cristiano Ronaldo, Luka Modric y Leo Messi, la polémica gira en torno a los otros dos finalistas, que son precisamente el portugués y el argentino. Ambos estuvieron muy lejos de su nivel y quizá este 2020 brindaba al panorama internacional la oportunidad de dejar atrás ya a estas dos leyendas en activo para dejar paso a los nuevos ídolos.
El '10' del FC Barcelona no conquistó ni un solo título el pasado curso, quedando eliminado en las semifinales de la Copa del Rey, humillado en la Champions League y superado por el Real Madrid en la recta final de LaLiga, por no hablar de su inicio de temporada. El '7' de la Juventus de Turín al menos conquistó la Serie A, algo que es habitual para los 'bianconeros' y peleó hasta el final por la Bota de Oro con el delantero polaco.
Mientras tanto, Neymar verá la gala desde su casa, aunque después de su reacción al no aparecer entre los tres seleccionados quizá no le queden muchas ganas. El brasileño mostró su descontento, totalmente justificado, a través de Twitter con mensajes como "ya que el tenis no funcionó me paso al baloncesto" o "ya dejé el baloncesto, ahora soy gamer", e incluso bromeó con su excompañero Thiago Silva cuando tampoco se vio en el once ideal de la IFFHS. "Ney estaba en la burbuja de la NBA", comentó el central, y "Me reclutaron", contestó Neymar.
El futbolista del París Saint-Germain no solo se hizo con el título de la Ligue 1 y las dos copas de Francia, también llevó al conjunto de la capital a su primera final de la Champions League, acercando al equipo a su objetivo desde hace una década. Neymar fue el líder del finalista de la máxima competición europea y, sin duda alguna, uno de los mejores futbolistas del torneo, lo que le sirvió para pasar a ser reconocido por propios y ajenos como el mejor del mundo.
Además del brasileño, otros nombres como Kevin de Bruyne, insignia del Manchester City de Guardiola que está llamado a sentarse en el trono mundial, o Joshua Kimmich, clave en todos los éxitos del Bayern de Munich, podrían haber acompañado a Lewandowski en esa recta final hacia el trofeo. Ambos merecían estar por delante de dos futbolistas que comienzan a ver el ocaso de sus carreras cada vez más cerca.
Y si esta polémica se ha montado solo con el nombramiento de Cristiano Ronaldo y Leo Messi dentro de esa terna de finalistas, habrá que ver lo que sucede si alguno de los dos termina llevándose el galardón. Estas decisiones no hacen otra cosa que restar credibilidad a este tipo de trofeos que antaño eran valorados más que ningún otro y ahora se ven como una pieza más del engranaje que forma el negocio del fútbol.