El Real Madrid vence al Cacereño en la Copa del Rey 0-1 en un partido gris

El adjetivo que mejor define el partido del Real Madrid es gris. Un partido espeso, pesado, con los jugadores a medio gas, sin darle al partido el ritmo que necesitaba y con la sensación de que la segunda parte pudo ponerse muy cuesta arriba. Rodrygo con una jugada individual de mucha clase decidió el partido.

Ancelotti dio entrada a caras nuevas. Lucas volvió a ser titular creando una alianza por el franco derecho muy sólida con Marco Asensio. Los dos fueron de lo más destacado en el partido, no dejaron de intentarlo en ningún momento. No fue un partido donde tenía que destacar la calidad individual, si no donde tenía que destacar el esfuerzo, y ninguno de los dos escatimó. Parece que Marco se está ganando poco a poco la renovación, recordemos que ahora mismo es libre para negociar con el club que él considere.

La cruz del partido fue para Hazard. Se especuló con que el belga estaba sorprendiendo en los entrenamientos a todo el cuerpo técnico, pero a la hora de la verdad, cuando tuvo que demostrarlo en el verde, dejó claro que es un futbolista irrecuperable. Ya no queda nada del mejor Eden, ni jugando por el costado izquierdo ni jugando entre líneas por el centro donde no tendría que hacer tanto uso de su velocidad.

Tchouaméni, Camavinga y Ceballos no tuvieron su mejor partido, el partido fue lento y ninguno de los tres consiguió darle en la primera mitad al equipo lo que necesitaba. Valverde entró para darle más energía al centro del campo y sustituir a Aurelién. El francés necesita más descanso, no puede jugar todo. Victoria en un campo complicado y pase a los octavos. Ancelotti quiere la Copa.