El Sevilla da un paso de gigante para ganar 'su' competición, la Europa League
Por Pablo Falcones
Anoche volvió a aparecer el Sevilla de las grandes gestas europeas. En un partido durísimo contra el Wolverhampton, que era un auténtico hueso, los de Lopetegui supieron sufrir durante casi los 90 minutos para sentenciar a los ingleses casi en el último minuto. Todo gracias a un cabezazo de su mejor jugador este año, Ocampos, y al duende de Bono, que le detuvo un penalti a Raúl Jiménez a los 10 minutos de partido.
Y es que aún no sabemos por qué, pero la historia de amor del Sevilla con esta competición es eterna... y este año podría prolongarse aún más. Desde que en 2006 arrollaran al Middlesbrough (4-0) y levantaran su primera por entonces Copa de la UEFA han repetido hasta 4 veces más, las últimas 3 de manera consecutiva.
Finales agónicas que se resolvieron en penaltis, como la del Espanyol en 2007 (2-2 y 4-1) o la del Benfica en 2014, cuando ni siquiera partían como favoritos (0-0 y 4-2). Otras menos sufridas pero competidas, como la de 2015 ante el Dnipro en Varsovia (3-2) y finalmente la de 2016 ante el Liverpool (3-1), donde de nuevo sorprendieron a un equipo de Klopp que era favorito ante ellos.
El domingo se enfrentarán al Manchester United por un puesto en la final. De nuevo, sobre el papel no son favoritos y presumiblemente si ganan les tocaría un Inter de Milán que es el mejor equipo de la competición. Aunque con los precedentes del Sevilla en este torneo, ¿quién se atreve a quitarles un cartel de preferencia que se han ganado por derecho propio?
La victoria de ayer, unida a aquella solvente que lograron contra la Roma el jueves (2-0) debe insuflar de moral a un equipo que ahora va a lanzado a por su sexta Europa League. Y es que en esta competición, el Sevilla tiene un color especial.