El sueño del Villarreal fue bonito mientras duró

El sueño del submarino amarillo fue bonito mientras duró
El sueño del submarino amarillo fue bonito mientras duró / David Ramos/GettyImages
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Nadie daba crédito en Liverpool de lo que estaban viviendo. El guion que se vivió en la Cerámica en la primera parte no estaba en la mente de nadie. Un fantástico Capoué llevó en volandas al Villarreal al sueño, pero sin ellos quererlo se ahogaron solos. El 2-0 al descanso hizo que el Liverpool resucitase.

Francis Coquelin desató la locura
Francis Coquelin desató la locura / Soccrates Images/GettyImages

No es igual llegar con un 1-0 y seguir toda la segunda parte enganchado al partido que llegar con los deberes casi hechos. Todo esto tampoco acompañó a las ideas de Emery que dio la sensación de que su plan iba a ser aguantar toda la segunda parte y jugarse todo en la prórroga e incluso por qué no, en la lotería de los penaltis. Klopp reaccionó rápido y sacó a uno de los jugadores más en forma del mundo. Luís Díaz le dio otro aire al Liverpool. Los reds sacaron el rodillo, tiraron la línea de presión alta como la que vimos en Anfield y le dieron la vuelta al marcador. Primero Fabinho con una cantada de Rulli que le pasó por debajo de las piernas. A los pocos minutos Luís Díaz remató un balón a placer, (de nuevo bajo las piernas de Rulli). Y para finalizar con todo ya perdido, Rulli en una mala salida erró en el despeje y Mané lo aprovechó para poner el 3-2 final. El sueño termina de la peor manera, ahogándose en la orilla, pero el mérito que tiene este grupo de jugadores de pelear hasta el último momento es algo histórico. Un pueblo de 50.000 habitantes ha llegado a las semifinales de la Champions y le ha puesto las cosas más que difíciles a uno de los mejores equipos del mundo. No debería de haber ninguna cara de pena en Villarreal, solo de alegría por ser conscientes del hecho histórico que han vivido.