El ‘Tato’ Noriega cuenta con una obsesiva necesidad de quedar bien con la afición

La afición de Rayados se caracteriza por ser una de las más exigentes en el fútbol mexicano. Quieren tener siempre a los mejores jugadores (como si conseguirlo fuera lo más fácil del planeta), y exigen estrategas con propuestas ganadoras y al mismo tiempo espectaculares, con todo lo subjetivo que este término pueda resultar en un mundo tan caprichoso como lo es el de la pelota y los tachones.

A Victor Manuel Vucetich, que lo ganó prácticamente todo con la Pandilla, le dieron las gracias luego de que Tigres los eliminara en un torneo en el que Monterrey hizo récord de puntos y la ‘U’ se clasificó mediante el repechaje, teniendo a tres entrenadores diferentes a lo largo del campeonato.

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Y es que las cosas se vuelven aún peor cuando además de que Rayados cae, Tigres gana. En ese momento pierden la cordura y ponen fin a cualquier proceso.

Porque para el regio promedio (hablando del hincha, claro está), sus intereses futboleros son muy claros: que su equipo gane y que el archirrival pierda. En ese orden justamente, por muy tóxico que se pueda escuchar. Pero ahora Rayados parece llevarlo a otro nivel.

Porque no solo son sus hinchas los que toman decisiones al calor del momento. Ahora también la directiva, encabezada por un hombre de fútbol como ‘Tato’ Noriega, parece haberse contagiado rápidamente de un entorno que lo puede vomitar en cualquier momento. Sobre todo si las cosas no salen como los aficionados desean.

Entonces no les va a importar que Noriega los haya tomado a ellos como guía en la elección del director técnico, y, sobre todo, en la voraz búsqueda por un refuerzo ‘bomba’. Y es que sinceramente les pregunto: ¿Rayados necesita sí o sí a un jugador europeo? ¿No será más bien que le están prestando demasiada atención al reclamo incesante de su hinchada?

Un colectivo que ya veía como campeón del balompié azteca a su equipo de fútbol y tuvo que conformarse con ver la copa de cerquita, sí, pero en manos del vecino, no creo que sea el mejor consejero.

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