Nicolás Burdisso: "La Libertadores del 2000 fue el viaje de egresados que nunca tuve"
Por Diego Yudcovsky
Sin dudas, Nicolás Burdisso es una palabra autorizada para hablar sobre el Mundo Boca. Los cinco años en los que defendió la casaca xeneize (1999-2004), más la temporada restante como mánager del club (2018) le dan la chapa necesaria para opinar sobre la actualidad de la institución.
En esta parte de la entrevista con 90min, el ex defensor detalló las características de su puesto de director deportivo, recordó su exitoso paso como jugador de Boca y llenó de elogios a Gastón Ávila, una de las promesas del equipo dirigido por Miguel Ángel Russo.
Hace poco te ofrecieron ser el mánager de Independiente. Después del no al 'Rojo', ¿en qué situación te encontrás?
Sigo con mi preparación que es constante: conocer entrenadores, jugadores, viajar, juntarme con dirigentes. Estoy asesorando clubes de forma incógnita. Fue un año muy intenso el pasado porque después de salir de Boca, me concentré en algunos parámetros que no eran necesarios en Argentina y sí en Europa. Tuve algunas propuestas que fui deshaciendo.
¿Qué diferencias hay entre Europa y Sudamérica con respecto al puesto de mánager deportivo?
Cómo están organizadas las estructuras deportivas, sobre todo en Argentina con la tipología jurídica que son clubes sociales sin fines de lucro. Con el paso del tiempo, con la jerarquización del deporte, la persona que tomaba decisiones deportivas fue quedando más expuesta. En eso Europa venía más adelantado, porque existían las sociedades anónimas con sus respectivos dueños y contrataban a un director deportivo que estudió la materia previamente. El mánager trabaja de manera integral en el club. En la Argentina el tabú a romper es ese: hoy casi todos cuentan con ese rol, pero lo hacen de forma distinta. Está el que tiene decisión propia, el que genera consenso con los dirigentes y el que solo propone jugadores.
Luego de haber finalizado su carrera como profesional en el Torino de Italia a mediados de 2018, Burdisso comenzó su carrera como director deportivo. Daniel Angelici, por aquel entonces presidente de Boca, decidió contratarlo luego de la derrota frente a River en Madrid por la Copa Libertadores 2018.
La primera decisión de Nicolás, ante la partida de Guillermo Barros Schelotto a LA Galaxy de la MLS, fue contratar a Gustavo Alfaro como entrenador. Ambos se mantendrían en sus puestos hasta que Ameal se impuso en las elecciones presidenciales del club.
Cuando fuiste contratado como mánager de Boca, ¿qué proyectos pensaste a corto, mediano y largo plazo?
A corto plazo la idea era recomponer al plantel después de una final dolorosa, no una catástrofe, si no dolorosa, que había marcado las entrañas del plantel. A mediano plazo, comenzar un trabajo muy fino en las inferiores, que fue donde yo crecí, y amalgamarlo con el primer equipo. Sabía que era una cuestión difícil porque hubo años de una política diferente y veía que había material. La idea fue comenzar a perfilar una columna vertebral del equipo que se identifique con el hincha y pueda estar un tiempo para dar seguridad a los demás. Y en el futuro, ser un equipo a la vanguardia a nivel mundial como siempre lo fue Boca, pero con una marca registrada a nivel inferiores.
Argentina ocupa el lugar de formador y vendedor de jugadores. Tengo que saber que el talento lo voy a encontrar en el 80, 90% en las inferiores; lo voy a tener que esperar, lo voy a tener que sostener, forjar, proteger, para que sea un jugador importante.
La economía mundial hace que Argentina esté muy lejos de poder comprar jugadores que estén en su mejor versión. El proyecto en Boca era jerarquizar el trabajo en inferiores, por eso mandé a los entrenadores a capacitarse 10 días a los mejores clubes del mundo. En 2019 hicimos algo que desafío a cualquiera que lo haga: los jugadores de primera en sus puestos le daban clases a los de inferiores. La frase era muy simple: "qué tiene que tener un jugador para jugar en la primera de Boca".
¿Cómo ves la llegada de Marcos Rojo a Boca?
Marcos fue compañero mío. Jugamos competiciones importantes juntos como la Copa América, es un jugador de jerarquía. Estoy más que contento por su llegada, no puedo hablar más por ciertos límites que me gusta tener por proyección a futuro.
Lo que sí puedo decir es que hay poquísimos jugadores del fútbol argentino que van a llegar a la élite del fútbol mundial, que los vamos a ver jugando semifinales y finales de Champions todos los años. Uno de esos jugadores para mí es Gastón Ávila y es un jugador que yo apostaría. Yo lo traje y tiene todo para estar en la élite del fútbol mundial.
Burdisso realizó gran parte de las inferiores en Newell's Old Boys. A los 16 años arribó a Boca por pedido de Jorge Griffa, su antiguo entrenador en la 'Lepra', quien en 1997 se convirtió en el coordinador de las divisiones juveniles del Xeneize.
En Boca debutó en octubre de 1999, de la mano de Carlos Bianchi ,frente a Instituto. Allí estuvo hasta mediados de 2004, cuando fue transferido al Inter de Milán. Con la azul y oro diputó 164 partidos y obtuvo 7 títulos: 3 Copas Libertadores (2000,2001 y 2003), 2 Intercontinentales (2000 y 2003) y 2 Torneos Apertura (2000 y 2003).
En tu paso por el club obtuviste 3 Copas Libertadores. ¿Qué destacás de cada una de ellas?
Yo debuté en el '99 y mi primer título fue la Libertadores del 2000. Ya me hacían sentir importante y yo sabía que mi rol era de estar para ayudar y para lo que sea. Para mí fue un sueño, fue el viaje de egresados que nunca tuve. Siempre estuve dedicado al fútbol y ese año me propuse aprender y pasar de ser un segundo protagonista a ser el primero, que son distintos matices que uno encuentra en un equipo de fútbol.
La del 2001 me permite confirmarme como titular. Empecé jugando mucho al alternar en el equipo que jugaba los fines de semana por el torneo local y eso hizo que termine jugando los más importantes, es decir de cuartos de final en adelante, menos la segunda final con Cruz Azul, porque ya estaba jugando el Mundial Sub-20.
2003 ya era un momento diferente en mi carrera, ya tenía un rol y un protagonismo diferente para con el equipo. Los pocos que habíamos quedado éramos Sebastián Battaglia, Guillermo Barros Schelotto, el 'Pato' Abbondanzieri y casi ninguno más del 2000, que fuimos los que estuvimos hasta el partido con el Milan. Me lamento mucho la del 2004, que hubiera sido coronar a ese plantel que venía de muchos cambios y variantes, con el hambre constante de ganar cosas.
¿Qué recuerdos tenés de aquella final Intercontinental frente al Milan? ¿Cómo se le ganó a ese dream team?
Ellos jugaban a otro fútbol, cada pase que daban tenían un margen de error mínimo. En ese partido me di cuenta que estaba a años luz de la élite mundial, más allá de haber ganado. Se le ganó por estrategia de partido, dejo de lado la actitud y la potencialidad de cada uno. La estrategia de partido fue perfecta a nivel psicológico, futbolístico y físico.
Tanto la del 2000 (contra el Real Madrid) como la del 2003 fueron algo fantástico. En 2001 estuvimos cerca siendo mucho más inferiores al Bayern Múnich, perdiendo a 6 minutos del final con un gol que fue falta, con 10 jugadores. Pero la estrategia de los tres partidos fue emblemática, obviamente ideada por Carlos Bianchi.
"Gastón Ávila tiene todo para estar en la élite del fútbol mundial"
¿Quién te marcó en tu primera etapa en Boca?
Mi espejo siempre fue Walter Samuel. Más allá que hoy sea mi amigo y tenga 3 años más que yo. Él con 20 años tenía los movimientos, manejaba el partido y la dinámica dentro de la cancha como una persona de 35 años. Era realmente increíble ver cómo jugaba. Aparte de lo futbolístico, terminó siendo un espejo a nivel humano, un amigo.
Todo lo que hacía Walter era para anotarlo en un cuaderno para el manual del defensor. Hacía mejor al otro central, al lateral, al arquero. Fue un placer después de haber jugado en Boca, haberlo hecho en el Inter y en la selección. Hasta el final de su carrera fue siempre igual, marcando y enseñando muy claro lo que un defensor tiene que hacer.
¿Son comparables Bianchi y Gallardo?
Son comparables solamente por haber estado en los dos más grandes de Argentina y por obtener cosas iguales en ciclos exitosos. Son incomparables en la calidad de los planteles que hay hoy en Argentina y que compiten ante Sudamérica y el mundo. Hoy vemos que hay muchos chicos a los que les falta formación, un fútbol sudamericano más protegido que hace 20 años. No son comparables.
Lo que sí está claro es que el ciclo más exitoso de la historia de Boca fue desde 1998 hasta 2004 y el de River es el de Gallardo. Entrar en discusiones es entrar en la vieja dicotomía entre Maradona o Messi.
"Mi espejo siempre fue Walter Samuel"
Fuiste partícipe del encuentro entre Daniele De Rossi y Diego Armando Maradona. ¿Cómo fue aquella situación?
Fue un encuentro dado por las ganas mutuas tanto de Daniele como Diego. La iniciativa fue de Diego de conocerlo, yo solamente fui a acompañar. A Diego lo conocía y tenía una gran relación, diferente, lo que me hace sentir orgulloso. Fue un encuentro muy lindo, porque los personajes carismáticos como Diego o Daniele generan algo diferente en cada momento.
Haberlos visto y escuchar lo que hablaban fue hermoso, sobre todo porque lo vi a Diego realmente lúcido, con ganas de contar historias de su tiempo en Italia, que era lo que De Rossi quería escuchar.