Esta es la última oportunidad de Dembélé, enfermería o puerta grande
Por Adrían Marcos
Este es el año del francés en el FC Barcelona. Si, probablemente esa sea la misma frase que muchos dijeron el pasado verano, pero está vez es indiscutible porque o explota esta temporada, o tendrá que hacer las maletas después de 138 millones y tres cursos desperdiciados. Ousmane Dembélé ha visto cómo se escapaban tres cursos en una montaña rusa que ha dado muchas vueltas, pero siempre le ha tenido más parado que en marcha.
Y no, el tiempo no se le agota al extremo, que a sus 23 años tiene toda su carrera por delante, pero lo que si se termina es su crédito en la Ciudad Condal, un lugar increíble para vivir, para jugar, para disfrutar, pero donde no suele haber segundas partes. El tren del FC Barcelona, por lo general, solo pasa una vez en la vida, Dembélé le cogió muy pronto y una vez que te bajas es complicado que te puedas volver a subir.
Sin embargo, después de toda esa literatura, hay motivos para creer que este pueda ser por fin el año en el que el galo demuestre todo su potencial de manera continuada. Después de haber tenido más tiempo que nunca para recuperarse gracias al coronavirus y mucha menos presión que en años anteriores, Dembélé parece haber vuelto al cien por cien, como se pudo ver en el primer partido de pretemporada ante el Nástic.
El francés volvió al equipo después de diez meses y se encontró con un planteamiento muy diferente. Koeman cambió el 4-3-3 que el FC Barcelona implantó en la época de Guardiola por su particular 4-2-3-1 y Dembélé no tardó ni cinco minutos en marcar el primer gol de la etapa del neerlandés en el banquillo azulgrana, algo que seguramente haya calado en la mente del técnico. Después no dejó de crear peligro aprovechando su velocidad y su desborde, aunque aún tiene que pulir su toma de decisiones.
El esquema le favorece, el técnico confía en su potencial y el escenario de un equipo que busca dar un giro total a su estilo de juego no podría ser más beneficioso para él. Hablar de revolución en un partido normalmente va de la mano de apostar por un carácter más ofensivo, buscar la velocidad, aprovechar los contragolpes... y precisamente es eso lo mejor que puede aportar un Dembélé a quien la llegada de Koeman le ha debido sentar mejor que a nadie.
Y con todos estos factores a su favor, con una gran cantidad de futbolistas que están llamados a descolocar el once tipo de los últimos años, con el don del gol y con la fortuna de esquivar los contratiempos habituales, el francés tiene mucho ganado para hacer de esta su temporada de despegue. Dembélé no puede permitirse más tropiezos, no tiene margen para errores, no pueden repetirse sus lesiones porque este año es, como dicen en los toros, de enfermería o puerta grande.