Estado pleno, madurez y salto futbolístico: Gonzalo Montiel debe marcharse de River ahora
"Que la boca se te haga a un lado, pibe", deben estar pensando y con razón los hinchas de River al leer el título de esta nota, ya que no desean que Gonzalo Montiel, uno de los jugadores más importantes del equipo de Marcelo Gallardo, se marche en este momento.
Pero, a decir verdad, a la hora de ponerse en el lugar del chico y hacer un rápido análisis sobre su pasado, su presente y su posible futuro, creo que a muy pocos le quedan dudas de que este es el momento de dar el salto al fútbol europeo, lugar al que creía inimaginable llegar cuando se crió en su Gonzalez Catán natal.
El "bombero" del Muñeco, quien se desempeñó en todas las posiciones de la defensa y hasta de mediocampista central y derecho en las divisiones inferiores, se consolidó como lateral derecho y comenzó a pulir todas las funcionalidades de un "4", pasando de ser un jugador normalito a líder, referente, lateral de Selección Argentina.
Su transformación fue tan impresionante que hoy en día, con apenas 24 años, nadie se anima a negar que es el lateral por derecha indiscutido del seleccionado nacional dirigido por Lionel Scaloni, que está entre los tres mejores jugadores del elenco riverplatense, que posee una personalidad anormal para un chico de su edad y que merece irse a Europa en este mercado.
La Roma de Italia, el Olympique de Marsella y el Villareal de España son algunos de los equipos interesados en los servicios de Montiel, que tiene contrato con River hasta junio: está en la edad ideal para marcharse, con el mejor nivel de su carrera, muy maduro de cabeza, muy consciente de su liderazgo y condiciones.
Todos sabemos más temprano que tarde o recalará en el Viejo Continente, y Gallardo mejor que nadie le brindará un consejo: si bien su corazón desea que se quede a vivir en River, porque es ese tipo de futbolista competitivo al máximo que un DT siempre quiere tener en su plantel, su cabeza le dirá: "Fuiste mi bombero. Así como yo pude jugar en Europa, no te voy a cortar las alas. Vaya y siga demostrando que es el mejor 4 de América".
Se fundirán en un abrazo y el tímido pibe que pasó de estar colgado en las infantiles de Huracán y Boca (sí, de Boca), que llegó a River y la peleó desde muy atrás porque ni siquiera le daban la chance de mostrarse, armará sus valijas y se marchará a algún destino europeo, continente que conoció cuando viajó a Madrid para coronarse en la recordada final de 2018 contra el clásico rival. River lo extrañará horrores.