Gaizka Mendieta: "Pjanic tiene el perfil que necesita el Barcelona y puede darle descanso a Busquets"
Por Diego Yudcovsky
Si bien en el imaginario popular la generación dorada del fútbol español marcó un antes y un después en la historia del balompié ibérico (y, en efecto, así sucedió), es justo decir que antes de los Iniesta, los Xavi, los Villa y tantos otros también hubo futbolistas de muchísimo talento en España.
Uno de ellos es Gaizka Mendieta, un medio centro de 173 centímetros de altura y talento inigualable, que inició su carrera en el Castellón pero que inmediatamente se convertiría en el emblema y figura del Valencia, donde jugó por nueve años ininterrumpidos.
Con el conjunto "ché" logró la Copa del Rey y la Supercopa de España en 1999 y disputó dos finales consecutivas de la Champions League: la primera la perderían frente al Real Madrid en el 2000 y la segunda, ante el Bayern Múnich, en 2001.
Desde Londres, en la comodidad de su hogar, Gaizka atendió la llamada de 90min para conversar sobre su extensa carrera, que incluye pasos por la Lazio, el Barcelona, el Middlesbrough y, claro, la selección de España.
¿Qué significó haber logrado tantas cosas con el Valencia que casi siempre estuvo a la sombra del Barcelona y el Real Madrid?
Yo creo que es la suerte de tenerlos en LaLiga, pero ocurriría lo mismo si jugaran Alemania, en Argentina o en cualquier otro país. Por el potencial que tienen, arrasarían en todo certamen en el que participaran.
A lo largo de la historia, ha habido equipos que lograron "meter la cabeza" entre ambos: el Deportivo, el Valencia, el Atlético de Madrid de ahora, el Athletic de Bilbao y la Real Sociedad en los años '80. Por eso mismo hay que reconocer el mérito del Valencia con lo que ha conseguido durante tantos años, ganar ligas, Copas del Rey y arrebatarles títulos a estos dos grandes.
Fue un trabajo de muchos años, en los que se fichó un perfil determinado de jugador. Si bien mi etapa comenzó en el '92, el equipo se empezó a cuajar en el '96 con Luis Aragonés y que perduró durante diez años con una base y un espíritu marcado.
En el 2001 te fuiste a la Lazio (ndr: la transferencia se hizo en 48 millones de dólares, record para el fútbol español) ¿Te arrepentís de haberte ido y no haber estado cuando el Valencia consiguió la liga con Rafa Benítez?
No, porque la decisión de irme, en concordancia con el propio club, fue muy fuerte. Era salir de casa después de nueve temporadas en las que había llegado siendo un chaval y logré conseguir, tanto a nivel personal como profesional, algo que siempre quedará conmigo.
La oferta económica que recibió la institución por el traspaso fue bienvenida para las arcas del propio club. Para a mi, ir a una liga como la italiana, era un reto que sin duda me atraía también. No voy a negar que me hubiera gustado ganar LaLiga, pero me alegré igual porque tenía a varios compañeros con los que compartí temporadas anteriores. También por el club y los aficionados.
¿Por qué creés que tu paso por la Serie A no te encontró en tu máximo nivel?
Hubo poca paciencia. La Lazio venía de ganar dos títulos con un 'super' equipo y para esa temporada llegamos muchos jugadores nuevos. Requeríamos tiempo de adaptación y no lo tuvimos. Hubo dos entrenadores, a nivel institucional variaron los presidentes, por lo que fue un año no idóneo para muchos que habíamos arribado. Esa estabilidad necesaria no se dio.
En mi caso particular, hay que mirar los números y los partidos jugados, para darse cuenta que no fueron los necesarios para lograr adaptarme a un equipo y a un fútbol tan difícil como el italiano.
Al año siguiente te vas a préstamo al Barcelona...¿sentís que te sucedió lo mismo?
Fue diferente porque me sentí cómodo desde el primer momento. Era un equipo y una liga a la que yo me adecué rápidamente por mi pasado. Fue un año de transición en el club, en el que hubieron varios presidentes y entrenadores, con un Van Gaal que proponía un sistema que no se adaptaba a los jugadores que tenía.
Aún así, estuve contento cómo se dio mi rendimiento ese año, pero también hubo poca estabilidad, que derivó que al final de la temporada llegue un presidente nuevo, con una dirección deportiva que contaba con otro proyecto. Los que estábamos cedidos fuimos los primeros en salir.
Tuviste como compañero en aquel plantel a Juan Román Riquelme, que tampoco continuó en el club la temporada siguiente. ¿Cómo fue jugar con él?
Román fue un caso similar al mío. Como jugador fue espectacular, era y soy un gran admirador suyo. Pienso que el sistema que se imponía en el equipo no era el más apto para su estilo de juego. Luego lo vimos en el Villarreal, en el que jugaban para él, donde continuamente estaba en contacto el balón y era el que marcaba el ritmo, al igual que lo hizo en Boca.
¿Riquelme podría haber encajado en el Barcelona en una etapa como la de 'Pep' Guardiola ?
Yo creo que sí, no sé si podría haberlo hecho como en Boca o en el Villarreal, porque aquel equipo repartía mucho el juego entre Xavi, Iniesta, Busquets y Messi. Encontrar un sitio en ese esquema en el que hubiera participado muchísimo, no lo tengo muy claro. Podría haberse rodeado de jugadores de su nivel y que lo hubieran ayudado a que brillara de manera absoluta.
Has sufrido tres golpes importantes en tu carrera: las dos finales perdidas de Champions League y la eliminación en cuartos de final del Mundial 2002, frente a Corea del Sur por penales. ¿Cuál te dolió más?
Es muy difícil inclinarse por una. En la final de la Champions que perdemos con el Real Madrid, nosotros no jugamos bien y ellos fueron superiores. He visto el partido muchas veces y no tuvimos opción de ganarla. Quizás no así con el Bayern, en la que continuamente la acariciamos y se nos escapó. Esa dolió más.
En el Mundial fue raro por como salieron todas las selecciones que se enfrentaron a Corea. Yo siempre he respetado mucho a los árbitros, pero en ese partido había algo que olía mal, algo que no encajaba. Surgieron muchas cosas que no parecían ser un error "humano" del árbitro.
¿Fue para beneficiar al local?
Sí, claro, así se demostró con el FIFA Gate. Estaba este "señor" que compraba a los árbitros para que Corea llegara lo más lejos posible. Desde ese punto de vista, el dolor y la frustración pasaron por ver que teníamos un equipo capaz de todo, con el que podríamos haber llegado a una final por lo menos o alcanzar el título.
En la temporada 2003/04, y a falta de ofertas mejores, Mendieta decidió probar suerte en la Premier League, más precisamente en el Middlesbrough. En el "Boro", Gaizka jugó cuatro temporadas, entre las que se destaca la final de la Copa UEFA que perdieron ante el Sevilla, en 2006. Un año más tarde, Mendieta le pondría punto final a su gran carrera jugando para la institución inglesa.
¿Recibiste otros llamados para jugar en la Premier League previamente a fichar por el 'Boro'?
Después del primer año en Italia, y tras el paso en el Barcelona, donde tampoco me quede, una de mis prioridades era la estabilidad. Ir a un club que contara conmigo de manera regular y no volver a estar cambiando otro año más de equipo. Cuando hablé con el Middlesbrough la primera vez, no le di mucha importancia porque tenía ofertas de otros equipos. Yo a España no quería volver, excepto si estaba la opción de ir al Athletic Bilbao, que es un lugar donde siempre me hubiera gustado jugar.
La Premier era un nuevo reto y un sueño. Me gustaba el proyecto del equipo que era muy ambicioso, en el que había una serie de jugadores muy importantes y con la opción de hacer historia. Afortunadamente, así fue: ganamos la Copa de la Liga en 2004 y jugamos la final de la Europa League en 2006.
Si tuvieras que ordenar de mayor a menor las tres ligas en las que jugaste, ¿cómo sería?
Sin duda, la primera es LaLiga, por la calidad que hay en todos los equipos, tanto individual como colectivamente. La naturaleza de los partidos es muy buena, independientemente de quien juegue. A su vez, creo que en los últimos años se ha convertido en el torneo más competitivo a nivel mundial.
En segundo lugar la Premier, pero la que yo jugué, no la de hoy en día, que está más igualada por el número de entrenadores foráneos que hay en los equipos. Cuando yo llegué, era un fútbol muy abierto, todavía por domesticar, con ocasión tras ocasión y un ida y vuelta continuo. Por último la Serie A, por mi propia experiencia, ya que era un fútbol muy físico. Para aquellos que nos gustaba estar en contacto con el balón, se tornaba difícil.
Hablando de LaLiga, ¿ves algún equipo que pueda dejar de lado el monopolio del Barcelona, Real Madrid y Atlético de Madrid?
Yo creo que es muy complicado. Probablemente el Sevilla, pero desde lo económico son superiores los otros tres. Además, los bueno jugadores quieren ir a los grandes equipos, y si te llaman vas a ir antes que a cualquier otro, tanto por oferta económica como deportiva.
Para que una plantilla consiga arrebatarles esos títulos necesita ser muy constante, rendir al 110% toda la temporada, con un margen de error mucho menor. Si al Barça o al Madrid los pones en la Premier, estaríamos hablando de lo mismo. Acapararían los títulos en todas las ligas.
¿Qué opinas del posible trueque entre Arthur y Pjanic?
Creo que puede ser beneficioso para el Barcelona, pero ambos son grandísimos jugadores. Arthur ha optado por la opción de la Juventus para poder jugar más. Pjanic tiene el perfil que necesita el club y puede ser el que le de el descanso a Busquets, que juega casi siempre.
¿Cuál es tu candidato a quedarse con la Champions League?
El Bayern, por el equipo que tiene, porque ha empezado a competir antes que el resto y sobre todo por la forma en la que está. Al Real Madrid lo veo de forma ascendente, los jugadores que entran son decisivos y poco a poco se está armando. El Barça es favorito, pero no está en su mejor momento, pero creo que estos partidos de liga y este parón le van a venir bien.
¿Cuál fue tu socio ideal dentro de un campo de juego?
Tuve muchos que me ayudaron. Jugar con Angloma era una guazada, sabía que no paraba y no le importaba correr más o menos. Con otros que también he disfrutado fueron David Albelda y Luis Milla: siendo pivotes defensivos, me daban la libertad para ir y venir en cualquier momento. En España, con Guardiola era muy fácil jugar, asociarse, y buscar combinaciones. Siempre me entendí mejor con los pivotes defensivos y con los laterales.
¿Un once ideal de toda tu carrera?
Es muy difícil quedarse con once únicamente, pero yo creo que sería: Casillas; Puyol, Ayala, Angloma, Sergi Barjuan Esclusa; Aimar, Guardiola, Albelda, Simeone; 'Piojo' López y Raúl. Como entrenador pondría a Luis Aragonés.