Gallardo sigue teniendo superpoderes: movió el banco y en tres minutos le complicó la vida a Boca en La Bombonera
Corrían 68 minutos de partido cuando el entrenador de River Marcelo Gallardo tomó la decisión de hacer ingresar al delantero Federico Girotti, con el objetivo de al menos poder empatar un partido estaba 0-1 (gol de Ábila en el primer tiempo) y con decisiones arbitrales polémicas que parecían complicar las cosas en el Superclásico ante Boca.
En menos de diez minutos, cuando el reloj marcaba 74', Gonzalo Montiel envió un centro preciso y, desde el piso por la férrea marca de Carlos Zambrano, el chico de apenas 21 años, ese que había entrado hace seis, le dio la razón al "Muñeco" e igualó el partido.
El envión del "Millonario" fue tal que tres minutos luego pudo revertir el resultado, en la mismísima Bombonera y con otro ingresado como artífice: Nacho Fernández acarició la pelota por izquierda para que Borré le cambiara la dirección con la cabeza y saliera a gritar el 1-2, en un abrir y cerrar de ojos.
Es verdad que a cinco del final Tevez se inventó una gran jugada y cedió para Villa, que definió de manera espectacular ante la salida de Armani para igualar 2 a 2 y poner cifras definitivas, pero lo del "Muñeco" no deja de ser meritorio y digno de destacar una y otra vez.
River se fue invicto de la cancha de Boca, fue perjudicado por el arbitraje ya que Campuzano debió haber sido expulsado en el primer tiempo por un infantil codazo a Carrascal (y no amonestado, como decidió Rapallini), hecho que podría haber modificado el trámite del encuentro.
El único déficit, reclamo o falencia (como quieran llamarle) que se le puede machacar a Gallardo es el hecho de haber puesto a Pinola de lateral izquierdo, posición en la que no contaba con un hombre natural: si bien el ex Rosario Central se desempeñó en los inicios de su carrera allí, bien sabemos que su puesto es en la zaga central. Arriesgó y no le rindió, pero fue obligado, no una apuesta premeditada.
Gallardo sigue activo, con ganas de ganar y con la cabeza fresca para seguir motivando a los suyos de cara a lo que viene. Ya demostró, desde su llegada a mediados de 2014, que tiene una mentalidad superior, una lucidez enorme, un talento para conducir excepcional. Durará hasta cuando él lo disponga.