¿Hasta cuándo tendremos que aguantar a Gallardo desmotivado en el torneo local?
Por Franco Formoso
River Plate es implacable en Copa Libertadores y finales de diferente valor. Sin embargo, en los torneos locales pierde puntos insólitos. ¿La influencia del entrenador se observa en el campo de juego? Quizá sí, en cuanto a su desinterés respecta.
Nos tuvimos que fumar a River perdiendo el Torneo de Transición 2014 contra Racing, cuando prácticamente estaba ganado. Tuvimos que soportar a Boca ganando el Torneo de Primera División 2016/17 cuando, con la chance de ser punteros en nuestras manos, caímos ante San Lorenzo de forma insólita. ¡Hace un año vimos dar la vuelta a los bosteros siendo que fuimos punteros en casi todas las fechas finales!
River viene de capa caída en las ligas nacionales. Y siempre es por lo mismo: deja pasar puntos que son realmente ganables. Pasó en la noche del lunes contra Argentinos Juniors: el equipo fue apático y cayó 1-0 en el Monumental. Déjenme decirles algo, a mi humilde entender: así como cuando ganamos vemos cómo le llueven flores a Gallardo y a su injerencia en el plantel, ahora es momento de cuestionar ciertas cosas.
Un técnico que no demuestra la misma pasión o el mismo entusiasmo ante un rival de menor medida no puede no reconocer que algo anda mal. Los jugadores eso lo perciben, se relajan. Y ahí están los resultados. No se puede jugar brillante en un torneo internacional o en una final contra Racing y después ser un desastre en tu propia cancha.
Entonces, me pregunto: ¿hasta cuándo vamos a ver a Gallardo desmotivado con el torneo local? Parece que no le interesa, que no lo necesita. Es el único que le falta, habría que avisarle. Bueno, también le falta el Mundial de Clubes, pero eso es un poco más complejo. A River debería sobrarle en el ámbito doméstico para dar la vuelta una, dos, o las veces que quiera. Siempre y cuando quiera, valga la redundancia.