João Félix ya tiene el gen Simeone, ahora necesita brillar
El Atlético de Madrid no puede esperar más. Esta será la tercera temporada desde la llegada de João Félix y el luso solo ha dejado pinceladas de la calidad que atesora en sus botas. Al inicio de su trayectoria en el Metropolitano, muchos le acusaban de jugador blandito, con sangre de horchata y con un carácter demasiado pasota para un equipo de la implicación que requiere Simeone para sus jugadores. Esto ha cambiado. El futbolista se ha acelerado y, aunque no lidera, sí que da muestras de entrega y de dejarse el alma en el césped. Sin embargo, conforme ha aumentado su intensidad, ha disminuido su calidad. Debe encontrar el equilibrio.
La expulsión de João Félix ayer, en el partido contra el Athletic, fue injusta y un error grave del árbitro. El portugués braceó con su defensor para proteger su posición, sin ninguna intención de golpear al rival, que además exageró el lance. El colegiado le sacó la primera tarjeta amarilla. Entonces, João, víctima de esta nueva intensidad, le preguntó al árbitro si estaba loco para pitar una acción así. Segunda tarjeta amarilla y al túnel de vestuarios. La acción demuestra que el portugués se ha despertado, que tiene carácter y no se achanta, pero también que debe medirse en sus reacciones, no querrá Simeone terminar con diez cada partido.
Motivos para soñar, pero motivos para temer. Conforme más ha avanzado João Félix en entrega, menos detalles ha dejado sobre el césped. El luso se sacrifica en la presión y el juego colectivo y ya no acelera el fútbol cuando pasa por sus botas, apenas desborda ni deja jugadas para la memoria colectiva. Simeone no puede sacrificar a un diez de su calidad en pos del equipo. Tienen que llegar a un acuerdo para liberar en algún espacio del juego a João Félix, así podrá recuperarse y ser el futbolista diferencial que todo el mundo espera.
Fichó hace dos años y todavía es un futbolista muy joven, con progresión por delante y maneras, virtudes y características para brillar. Ha mejorado en el estado personal y debe hacerlo en el futbolístico. Regularidad y clase. Intensidad y belleza.