Julián Álvarez, el hombre que no tiene sentimientos
Para Julián Álvarez es lo mismo jugar un picado en Calchín, hacerle un gol a Patronato con la camiseta de River o dos a Croacia por las semifinales de la Copa del Mundo de Qatar 2022.
Julián Álvarez no tiene sentimientos. No parece importarle demasiado la magnitud de un partido, ni qué es lo que está en juego: siempre lo vas a encontrar con esa tranquilidad que lo caracteriza, presionando a los defensores rivales de manera incansable, combinando pases con Lionel Messi para poder nutrirse mutuamente, y haciendo goles prácticamente sin proponérselo.
Julián Álvarez, además de no tener sentimientos, es un animal. Nació para jugar al fútbol, lo trabajó cada año de su vida desde que nació en ese pueblito cordobés, soñando en grande, pero sin imaginar que su realidad superaría cada uno de sus sueños.
Julián Álvarez será titular en la final del Mundial ante Francia. Se convirtió en indiscutido a fuerza de gritos y sacrificio, desplazando a Lautaro Martínez, y no hay nadie que pueda discutir la decisión de Scaloni.
Julián Álvarez va a hacer un gol en la final del Mundial, para mí sentir. Lo festejará como siempre, con esa inocencia que se le nota en su rostro, con esa humildad que muestra cada una de sus palabras y la forma en la que dice esas palabras. Quizás que no tenga sentimientos es la explicación de todo lo que está y estamos viviendo. Quizás ese sea el secreto máximo. Quizás levante la Copa del Mundo, de Calchín a Qatar.