La Liga MX no tiene la capacidad para mantener a dos aficiones en un estadio
Por Benjamín Guerra
El fútbol mexicano atraviesa el capítulo más obscuro en su historia cuando en pleno 2022, las barras de Gallos Blancos de Querétaro y los rojinegros de Atlas se enfrentaron en una batalla campal, mientras se llevaba a cabo el partido de la jornada 9 en La Corregidora.
Aún sin cifras oficiales a menos de 24 horas del suceso, se puede afirmar que fue una masacre en donde hubo 26 personas en heridas, tres de ellos en estado grave, según los reportes oficiales.
La Liga MX vuelve a ser arrastrada por temas extracancha y es señalada a nivel mundial como una zona de peligro y con incapacidad para organizar un evento seguro para todos los espectadores.
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Negligencia en las autoridades de Querétaro, Liga MX y FMF
En estos momentos, en donde las redes sociales han revelado distintos ángulos del acontecimiento, las autoridades del Gobierno de Querétaro, la Liga MX y la Federación Mexicana de Fútbol son los principales responsables y deberán entregar la información real de los hechos, así como a los funcionarios que no realizaron correctamente su trabajo.
Hablese del director de Protección Civil del Estado de Querétaro, los encargados de proveer la seguridad de La Corregidora, así mismo, encontrar a absolutamente todos los que participaron con actos de violencia dentro del recinto.
Campañas y discursos no sirven de nada para promover la paz
A lo largo de los años hemos visto cientos de campañas, discursos, comunicados, que promueven el juego limpio, flair play, la no violencia, la no discriminación, la paz, entre muchos otros, peno sirven de absolutamente nada.
Precisamente la Liga MX sacó el mensaje de "GRITA X LA PAZ", que aparece durante el protocolo al inicio de cada partido, por motivo de la Guerra entre Rusia y Ucrania, sin embargo, dicho mensaje no mueve nada en pseudoaficionados de barras.
Mientras sigan existiendo las barras de aficionados en el fútbol mexicano, así como venta de alcohol en los estadios, siempre habrá un motivo para que exista el peligro en un estadio, por más de que se quiera pintar que es una zona familiar.
La organización del fútbol mexicano ha demostrado no tener la capacidad para garantizar la seguridad de los aficionados de fútbol reales y los compromete, cuando dos aficiones o mejor dicho dos barras enardecidas con la vida se quieren disputar a muerte atentando contra la paz y armonía del resto de espectadores.