La selección española debe tener un plan B para sacar adelante partidos como el de Marruecos

Aymeric Laporte
Aymeric Laporte / Clive Brunskill/GettyImages
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Ayer se hizo realidad lo que nadie quería que ocurriese, se acabó el Mundial para la selección dirigida por Luis Enrique. Después de quedar como segundos de grupo se enfrentaron contra la selección de Marruecos la cual, después de 120 minutos y una tanda de penaltis, consiguieron batir a los españoles y dirigirse a los cuartos de final del torneo mientras que los de Luis Enrique pondrán rumbo al país, se les acabó esta Copa del Mundo, otra vez, en octavos de final y desde los 11 metros, como en el pasado Mundial celebrado en 2018.

Y es que la selección de la que todos hablaban que podía ganar o perder contra cualquiera lo ha hecho realidad. La selección no estuvo para anda acertada en el día de ayer, dando pases horizontales ante la defensa cerrada que ofrecía Marruecos, los jugadores que gozan de una calidad superior al resto, como Pedri, no fueron capaces de demostrar -o intentar- algún destello de calidad que se saliera del plan estudiado.

Luis Enrique
Luis Enrique / Amin Mohammad Jamali/GettyImages

Hay está el principal problema. Marruecos ha elaborado un plan y lo han llevado a cabo a la perfección, por ello están en cuartos de final y nosotros no, los jugadores de la selección se ciñen a un esquema y si no sale no existe un Plan B. No hay jugadores desequilibrantes en la selección, Nico Williams el que más, pero jugadores como Olmo, Asensio o Ferran son jugadores de esquema y cuando este no funciona, ellos difícilmente lo hacen. Si falla el Plan A hay que tener un B, y España no lo tuvo.

Lo vivido ayer es para catalogarlo como un fracaso, el papel en el Mundial de la selección entrenada por Luis Enrique en general. De cuatro partidos jugados solo se ha ganado uno y otra vez eliminados en los octavos de final. Se han revivido los fantasmas del pasado, los fantasmas de Rusia 2018.