La Superliga europea es un atentado contra nuestro fútbol

Cerezo y Florentino, impulsores de la Superliga europea
Cerezo y Florentino, impulsores de la Superliga europea / Soccrates Images/Getty Images
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Esta mañana el mundo del fútbol se ha despertado con el bombazo del siglo, el anuncio definitivo de la creación de la Superliga Europea o lo que es lo mismo, el fin del deporte rey tal y como lo conocemos, al menos en Europa. La Superliga es un claro atentado contra el fútbol y todo lo que representa, que va a destruir poco a poco las bases de este deporte para alimentar a las élites de siempre.

Cuando hablamos de fútbol no sólo nos referimos al Real Madrid, a la Juventus o al Manchester United. Debajo de los grandes clubes, de los cracks mundiales, de los contratos multimillonarios, de los representantes que se van de gira… hay mucho más, y ese mucho más se verá perjudicado por esta nueva competición que le quita protagonismo y dinero a las competiciones domésticas. Y desgraciadamente en este fútbol sin dinero no se puede subsistir. Si la brecha económica entre los grandes y el resto de clubes se va agrandando año tras año, ahora con esta nueva competición esa diferencia será insalvable y trágica para los equipos más modestos que a largo plazo pueden llegar a desparecer.

Desde hace años el fútbol ha dejado de ser un deporte que unía a millones de personas alrededor de todo el mundo para convertirse en una fábrica de dinero. Una vez que unos pocos han sacado todo el rendimiento y más al modelo actual, necesitan seguir generando ingresos a cualquier precio y pasando por encima de cualquiera y ahí es donde nace la Superliga, de la ambición de unos pocos clubes elitistas que viven obsesionados con el dólar. La ambición de unos pocos que solo velan por sus propios intereses puede ser la ruina de todo lo que hay detrás.

El fútbol se ha entregado por completo a los billetes y mientras esto siga así lo que más tienen más tendrán y más mandarán, y el deporte quedará relegado a un segundo plano. Sólo por participar en la Superliga los clubes recibirán  350 millones cada uno, mientras que la UEFA otorga 15,25 millones a cada participante de la Champions.  La prueba fehaciente de que la Superliga se ha creado con intereses económicos y no deportivos, y eso es una puñalada mortal para el fútbol.


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