La última hora de Amir Nasr-Azadani, el futbolista condenado a muerte en Irán

Members Of Iranian Community In Portugal Protest The Execution Of Demonstrators In Iran
Members Of Iranian Community In Portugal Protest The Execution Of Demonstrators In Iran / Horacio Villalobos/GettyImages
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El caso del defensa iraní Amir Nasr-Azadani está dando la vuelta al mundo. El caso del jugador, que fue detenido y condenado a muerte en el marco de las protestas por la muerte de Mahsa Amini (detenida y torturada por la policía religiosa islámica de Irán), comenzó a dar la vuelta al mundo en mitad de la celebración del Mundial de Qatar, donde los futbolistas de la selección iraní quisieron mostrar su descontento con el régimen.

Los reportes afirman que el futbolista ha sido condenado a muerte por el delito de moharebeh, término persa que alude a "hacer la guerra contra Dios" o "enemistad con Dios"; y es que el régimen iraní lo acusa de ser partícipe de la muerte de tres guardias de seguridad en las protestas en el país.

Ahora, ha sido a través de la cuenta de Twitter de la Embajada de Irán en Colombia (si bien no es una cuenta verificada, es seguida por todas las canales verificados de Irán, algo usual entre las cuentas iraníes en la plataforma) que el régimen ha hablado, negando la mayor, afirmando que el futbolista no ha sido condenado a muerte ya que el proceso aún no ha tenido lugar.

La información en cuestión también ha sido difundida por el perfil de la Embajada Iraní en España, afirmando que el futbolista se encuentra en prisión preventiva y a la espera de juicio:

Por otro lado, un ex-compañero del zaguero, el internacional con la selección finlandesa Sebastian Strandvall, se ha pronunciado al respecto en el medio Sky News, calificando de absurdos los cargos de los que se le acusa: "Conociendo el carácter de Amir, él iría a una protesta... él y sus amigos defenderían los derechos básicos y los derechos de las mujeres porque es el tipo de persona que se preocupa por el resto. Pero no lo vea haciendo la guerra contra Dios o cualquier otra cosa".

Por desgracia, toda información que llega es muy confusa y el futuro del deportista, al igual que el de otros muchos detenidos, pende de un hilo debido a las mínimas garantías de las que gozan estos procesos en el régimen de los ayatolás.