Los 5 jugadores más violentos en la historia del fútbol argentino

El folclore de nuestro fútbol te hace sentir cada partido con las pulsaciones a mil y algunos futbolistas les juga una mala pasada: suelen pasarse de la raya al no poder controlar su temperamento en este clima con alguna patada, gritos eufóricos y hasta ¡con piñas!

A continuación te mostramos una lista de los cinco jugadores más violentos, sucios, del fútbol argentino. Cabe agregar: no negamos ni afirmamos que deseemos tener un tipo de estos en las filas de nuestro equipo.

5. Pedro Monzón

El Mencho fue Campeón del Mundo en 1986. Su carácter dentro y fuera de la cancha siempre lo destacó del resto. Hasta que un día le saltó en demasía la térmica y le rompió la rodilla a un colega, a Klinsmann, en un partido clave de aquel Mundial. Por esto, y por el agregado de los títulos, es adorado en Independiente y en el común denominador del hincha argentino.

4. Blas Giunta

Su carácter en la mitad de la cancha quedó inmortalizado en el cántico de la hincha de Boca Juniors: "huevo, huevo, huevo, Giunta, Giunta, Giunta". Allí jugó en dos etapas, del 1989/93 y 1995/97, donde conquistó seis títulos que lo catapultaron a la Selección Argentina campeona de la Copa América 1991. " La pelota o el jugador", con Blas Armando pasaba una pero no las dos.

3. Oscar Ruggeri

La figura del Cabezón se retrata con las obtenciones de la Copa del Mundo 1986 y las dos Copa América siguientes, pero también por sus efusivas entradas... a Maradona, a Chilavert, entre tantas otras. Jugando para la Selección, el Real Madrid o San Lorenzo, la esencia de Ruggeri era a "matar o morir".

2. Flavio Zandoná

Zandoná fue parte de la Era Dorada de Vélez Sarsfield con Carlos Bianchi como DT. En ese tiempo ganó absolutamente todo hasta que llegó el Flamengo por Copa Sudamericana y lo superó, y además lo cargó. Para qué... En ese momento al Chino se la salió la cadena y aplicó un golpe de nocaut nunca antes visto.

1. Gaston Sessa

Este es un caso extraordinario, creo, en el fútbol mundial. Un arquero entre los más violentos. El Gato Sessa será recordado, además que por ser bueno en lo suyo, porque era un desquiciado a la hora de cuidar el arco. Entre sus máximas proezas, se encuentra la patada a Rodrigo Palacio atajando para Vélez.