Los 5 peores refuerzos de San Lorenzo en este siglo
- San Lorenzo es un equipo grande en la Argentina y en toda América, pero más de una vez se ha llevado un disgusto fichando a un jugador que estuvo muy por debajo de las expectativas. Repasamos los casos más resonantes.
En la enorme e importantísima historia que tiene San Lorenzo, muchos son los futbolistas que se convirtieron en ídolos del "Ciclón". Sin embargo, como en todos los clubes, también han existido otros que llegaron con bombos y platillos pero se fueron por la puerta de atrás, o bien que llegaron siendo desconocidos y no estuvieron a la altura del club. Vamos a repasar los cinco más significativos.
1. Kilian Virviescas
Futbolista colombiano que llegó al club a principios del 2000. El lateral llegó proveniente de River Plate donde había salido campeón, pero su suerte en San Lorenzo fue muy distinta: apenas disputó 12 partidos y no rindió.
2. Denis Stracqualursi
Se destacó en Tigre, donde no paraba de hacer goles. Luego llegó al Ciclón tras haber jugado en Everton de Inglaterra, donde había aportado 3 goles en 28 partidos. En el Ciclón convirtió 8 en 33. Poco para la expectativa enorme que había generado, sobre todo siendo "9".
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3. Mariano Messera
Llegó al Ciclón proveniente del Catania de Italia y sus primeras declaraciones fueron: "no es una presión reemplazar a Romagnoli”. El "Pipi" es uno de los máximos ídolos en la historia del "Ciclón". No es necesario aclarar que no le llegó ni a los talones.
4. Abel Masuero
Proveniente del Genk de Bélgica, llegó este defensor central que había debutado en Gimnasia y Esgrima La Plata, donde su buen presente lo llevaron al fútbol belga. En el Ciclón solo jugó 12 partidos y jamás dio seguridad. Hoy se encuentra jugando en el ascenso del fútbol argentino, con presente en San Martín de San Juan luego de militar en Chacarita Juniors.
5. Bruno Fornaroli
Delantero uruguayo que llegó a San Lorenzo en 2009 a préstamo por seis meses con posibilidad de extenderse por un año más. El Ciclón no hizo uso de la opción y lo dejó ir, porque no aportó casi nada. Un paso sin pena ni gloria.