Los laureles de Madrid no son eternos: River está obligado a ser campeón otra vez

Flamengo v River Plate - Copa CONMEBOL Libertadores 2019
Flamengo v River Plate - Copa CONMEBOL Libertadores 2019 / Raul Sifuentes/Getty Images
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Sería un necio si no reconociera que la Copa Libertadores 2018 ante Boca fue lo máximo que pudo haber logrado River, pero pasaron tres años. Tenemos que dejar de mirar el pasado y observar que, luego de esa conquista, hubo otros tantos tropiezos que dolieron. Y mucho.

Se ganó la final más importante de la historia. La única e irrepetible. En Madrid, con dos equipos argentinos cara a cara para disputarse la Copa Libertadores de América. Después de desmanejos dirigenciales, de llevar al Millonario a jugar a otro continente fruto de un frustrado operativo policial del que nada tuvo que ver el club. Y se ganó, 3 a 1. Festejamos, mucho. Pero ya pasaron tres años.

Es mucha agua la que corrió debajo del puente como para seguir descansando en los laureles de Madrid. Porque después del batacazo en el Bernabéu, River perdió otra final de Copa Libertadores, quedó en la puerta de ganar dos torneos locales, se quedó eliminado de forma insólita en otra Libertadores más. ¡Pasaron dos ediciones! Y seguimos rindiendo gratitud por un título que se ganó con una camiseta que ya no se usa, con jugadores que ya se fueron.

Gallardo recibió la medalla que nadie quiere en la Libertadores
Gallardo recibió la medalla que nadie quiere en la Libertadores / Daniel Apuy/Getty Images

Del pasado no se vive, debemos mirar el presente y más teniendo en cuenta lo gigante que es River. Para sacar chapa con títulos oxidados están otros. Y eso que el de Madrid aún tiene brillo, y lo tendrá por siempre. Pero el club dirigido por Marcelo Gallardo tiene que darse cuenta que ya es tiempo de otra alegría.

Pasó el 2020 y nos quedamos sin títulos. Llegó el 2021 y perdimos un torneo local en las puertas de llegar a otra final, y lo mismo pasó en la Libertadores. Creo que tenemos que ser honestos y darnos cuenta de que necesitamos otra alegría. Porque la que pasó ya fue, y porque Madrid ya ha quedado lejano.