Marco Asensio se reivindicó delante de su público con un misil a la escuadra
Marco Asensio necesitaba una noche de Champions como la de ayer. El futbolista balear se había visto envuelto en una polémica durante el encuentro que enfrentó al Real Madrid con su ex equipo, el Mallorca.
Asensio venía acumulando varios partidos en los que calentaba durante toda la segunda parte y finalmente volvía a sentarse en el banquillo pues su entrenador había decidido dar entrada a otros jugadores.
El entorno cercano al balear ha confirmado que Asensio había recibido información directa de su entrenador sobre la idea de jugar durante la segunda parte del partido que enfrentó al Real Madrid y al RCD Mallorca.
Marco se pasó, de nuevo, todo el segundo tiempo calentando en la banda hasta que finalmente Carlo Ancelotti decidió que serían otros jugadores los que ingresarían en el terreno de juego. Asensio, volviendo cabizbajo a su asiento, mostró varios signos de enfado y descontento.
Ha sido protagonista durante la semana de gran parte de los informativos deportivos que comenzaban a cuestionarse el porqué de la decisión del jugador de continuar en el Real Madrid a sabiendas de que la cantidad de minutos que iba a jugar sería bastante pobre.
Ayer tuvo la oportunidad de entrar en la segunda parte en el encuentro entre el Real Madrid y el RB Leipzig. El Santiago Bernabéu le recibió con una gran división de opiniones. Gran parte de la grada silbó ante su entrada y otros tantos intentaron ocultar las críticas con aplausos.
Su primera ocasión la mandó al limbo tras intentar una vaselina de ensueño que no le salió.
Ésto volvió a impulsar a sus más feroces críticos que volvieron a pitar como muestra de enfado. Diez minutos más tarde recibió un balón en la frontal del área, y de primeras, sin pensárselo, le quitó todas las telarañas a la escuadra. Los silbidos se transformaron en aplausos, incluso gran parte del estadio se levantó como muestra de agradecimiento y respeto al auténtico golazo que acababa de anotar el mallorquín.
Marco Asensio necesitaba una noche como ésta. Una noche de reivindicación en la que el Santiago Bernabéu terminara rendido a sus pies.