Masoquismo y Otras Debilidades
Por Futbox Media
""Jugamos como nunca y perdimos como siempre". Odio esa frase, pero más odio que se haya vuelto parte de nuestra mentalidad."
- George Asfura
La Misma Película de Siempre
Bueno. Qué más podemos añadir acerca del espejismo del que hablaba en el anterior análisis "Espejismos y la eterna promesa"?
Es comprensible ante semejante ilusión. Tenemos el goleador de las Eliminatorias Sudamericanas y tuvimos una racha de 3 partidos con resultados positivos (en cuestión de puntos), pero al final el fútbol boliviano siempre "pela capucha".
Termina el 1er Tiempo vs Chile, y termina con 12 ataques de peligro por parte de los chilenos vs 3 de los bolivianos. Apenas va 1-0 y todos tenemos esa esperanza del milagro de la remontada. Sabiendo que se necesita mucha suerte (como la que estamos teniendo cada partido), o nuestro querido nuevo amigo VAR y que Lampe se ilumine para salvarnos las papas o que alguien arriba se inspire y saque un gol de la nada.
Realmente las estadísticas nunca nos favorecen, pero ahí estamos los masoquistas, con esa misma debilidad de siempre y mirando la misma película de siempre. "Jugamos como nunca y perdimos como siempre". Odio esa frase, pero más odio que se haya vuelto parte de nuestra mentalidad.
"No viejo, esta vez la hacemos, dejen trabajar a Farías" dice un hincha que prefiere permanecer anónimo, pero apoya a un entrenador que cobra un sueldo inflado, lleno de polémicas, corrupción, sobreproducción de humo y una incapacidad tremenda de mejorar el fútbol boliviano. El pantano siempre va a seguir vivo, a menos que limpiemos todo desde la raíz. Hay películas en la vida como Forrest Gump, que las podes ver una y otra vez, y siempre te va a dar satisfacción verla.
Cualquier lunes por la noche la ves empezada en la tele, y te dan ciertas ganas de ver de nuevo semejante historia tan bien relatada. Todo lo contrario con lo que sucede con la Selección Boliviana. Es algo muy curioso. Uno quiere ver el partido sí o sí sabiendo que hay un 95% de que el resultado sea negativo, pero uno ahí sigue, todo un masoquista por elección.
Hoy, gracias a Lampe, no salimos goleados. Muy poco para rescatar en la parte ofensiva, muy poco volumen de juego, nula identidad de juego, nerviosismo in extremis e incapacidad de terminar la jugada de manera efectiva.
Tal vez con nuestro Flecheiro, la historia hubiese sido distinta. Pero como no se puede decir la verdad en estos días, sin que los corruptos se ofendan y victimicen, tuvimos que pagar los platos rotos de nuevo.
Les dejo algo para que el cerebro carbure un poco:
"El producto final (jugadores) de nuestra mina de oro (potencial), no refleja para nada la materia prima (talento natural). Pero si vemos el trabajo en el desarrollo del producto final (gestión corrupta e incapaz), podemos entender porqué nuestro producto final tiene un sabor amargo y de impotencia."
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