Mateu Lahoz se vistió de protagonista en el empate entre FC Barcelona y Espanyol: los culés fueron muy superiores
El derbi de Barcelona se presentaba como un bonito partido en el que los culés podían certificar su liderato de cara al inicio de 2023.
Todo parecía que seguía su curso natural, pues el Barça gozaba de todas las ocasiones del partido y estaba fluyendo el juego de una manera muy efectiva, pero llegó Mateu Lahoz exigiendo su dosis diaria de protagonismo.
El Barça fue muy superior a lo largo de los noventa minutos, y es que lo más normal es que incluso al descanso el marcador ya hubiera quedado totalmente sentenciado. Algunos errores a la hora de rematar o en la decisión del último pase permitieron al Espanyol meterse en el partido, y tras un penalti "tonto" de Marcos Alonso empató el choque en el ecuador del segundo tiempo.
Fue entonces cuando Mateu Lahoz comenzó a regalar amarillas para todos los jugadores y a tomar decisiones inverosímiles ante cualquier espectador neutral. La doble amarilla a Jordi Alba por protestar que le obligó a marcharse del campo antes de tiempo solo fue el comienzo de una serie de catastróficas decisiones que dejaron atónito a un Camp Nou que aún así se ha ido más que contento por la actitud de sus jugadores. No se le puede achacar absolutamente nada a los futbolistas del Barça.
El colegiado señaló roja directa a Leandro Cabrera por darle con la bota en la cabeza a Robert Lewandowski cuando el jugador polaco había caído al suelo. Una vez se acercó al vídeoarbitraje para comprobar si había acertado cambió totalmente decisión y permitió al argentino seguir jugando el partido. Sería conveniente que el criterio sobre agresiones fuera siempre el mismo.
Dejando a un lado la polémica arbitral, el FC Barcelona retoma La Liga con un empate que no sabe a nada después del gran partido completado por todos. El aspecto positivo es el juego y la actitud de un equipo que tiene ganas de doblete.