Messi en el banquillo...¡al rescate y en búsqueda de un nuevo récord!
La enorme cantidad de partidos aglutinados en muy pocos meses ha provocado que Koeman haya decidido dejar a Messi fuera del once inicial.
Esta situación tan atípica nos ha hecho acostumbrarnos a ver a Leo descansar de vez en cuando, pero aún así ver a Messi sentado dando instrucciones y animando en lugar de verle dando clases con el balón se hace ligeramente extraño.
Durante la primera parte el Barça ha creado muy poco peligro y la circulación del juego ha echado en falta un jugador que active la jugada con algún cambio de ritmo o buscando pases interiores que premiasen los constantes desmarques que llevaron a cabo los laterales a lo largo de los 45 minutos.
No es casualidad que en todos los partidos en los que Messi se queda en la banca, acaba entrando al término de los primeros 45 minutos. El Barcelona echa en falta su figura mucho más de lo que debería y es que lo que el Argentino aporta a su equipo es irreemplazable. El instinto de ganar del 10 es único e irrepetible, va mucho más allá del juego y el resultado.
Desde el momento en que Messi ingresó en el terreno de juego le cambió la cara a los suyos. El astro argentino comenzó la remontada con un trallazo al palo corto que fabricó con la ayuda de Dembelé. Durante el resto del partido todos los ataques culés pasaron por sus botas.
La actitud del equipo cuando se ausenta es preocupante. Messi no es eterno, y el Barça no parece darse cuenta.
Y ya a modo de decoración, cuando uno piensa que Leo Messi no puede seguir batiendo récords, se posiciona como el segundo suplente con más goles en la historia de la competencia española: está a uno de igualar a Julio Salinas. ¿Va a dejar alguna marca vacante?