No es un fracaso del proyecto Xavi pero sí un importante paso atrás
Evidentemente la palabra no es fracaso, pero hay que empezar a verlo como un importante paso atrás. El año pasado existía la excusa de la plantilla y de haber tomado el equipo en mitad de la temporada, pero este año ha tenido todo el verano para plantear y configurar sus jugadores. Además el club ha cumplido con, prácticamente, todos sus deseos en el mercado veraniego.
Económica y deportivamente el Barça no podía permitirse no ganar ayer frente al Inter. Se trata de un rival, a priori, inferior a los culés, que no está atravesando un buen momento en su campeonato liguero, pero que había sido capaz de doblegar a los de la ciudad condal hace una semana.
El Barça planteó el partido de anoche como si desde el minuto uno estuviese en el descuento de un partido en el que necesita marcar un gol para clasificarse a la siguiente ronda, y eso es culpa del entrenador. Puede verse como un exceso de motivación o una falta de entendimiento de la situación. El Barça solo tenía que ganar el partido, en su estadio y frente a un rival que tiene peor equipo, y hasta ayer hubiéramos dicho que también cuenta con un peor entrenador.
Es evidente que no vamos a hablar de fracaso absoluto del proyecto Xavi ni a pedir su cabeza por el encuentro de ayer, pero es totalmente cierto que esta edición de la Champions League ha decepcionado a todos y cada uno de los culés.
No es solo culpa del entrenador, pero tampoco puede achacarse a las lesiones, pues dentro de una temporada hay que contar con que no todos los jugadores van a estar sanos los 365 días que tiene el año.
Hay muchos futbolistas que deberían haber dado un paso a un lado hace tiempo, pues ayer se demostró que no están para estos trotes. Los jóvenes tampoco pueden cantar victoria porque aún no han dado el paso adelante que se espera. Es decir, ni los experimentados saben irse cuando les toca, ni los jóvenes quieren tomar la batuta del equipo. Pues eso, un absoluto desastre, que no un fracaso.