OPINIÓN | Bruno Marioni es el técnico ideal para estos Pumas
Por Carlos Alberto Pérez García
Ante el caos que estremece en el interior de los Pumas por la repentina salida del entrenador Míchel, la directiva se encuentra en búsqueda casi desesperada por un nuevo estratega que pueda continuar con las bases que sentó el español durante su año al frente del equipo, pero debido a las condiciones financieras de la institución, el problema no tendrá una resolución sencilla.
Ante este tipo de emergencia, dos hombres han sonado para arribar al timón auriazul en los últimos días: Hernán Cristante y Bruno Marioni, dos personajes jóvenes en los banquillos y que han demostrado tener ciertas cualidades, pero que la escasez de oportunidades les han mermado seguir creciendo.
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A pesar de que el Cristante tiene un poco más de experiencia dirigiendo y con muchos resultados positivos, Marioni entendió como pocos el significado de representar a Pumas como futbolista y como entrenador, y aunque en cuestión de resultados su paso por el banquillo no fue el más productivo, nadie le puede reprochar no haber inyectado corazón.
Pumas necesita un apagafuegos capaz de controlar un vestidor, que pueda aislar los problemas dirigenciales del campo y de preferencia con corazón auriazul para darle confianza a sus fanáticos y tranquilizar un poco las aguas. En ese sentido, el indicado tiene nombre y apellido: Bruno Marioni.
No empecemos a juzgar sus resultados en su etapa anterior, porque entonces hay que poner sobre la mesa el contexto en el que llegó al club: para sustituir a David Patiño en plena fecha cinco, con una plantilla que desconocía y en la que después no recibió la oportunidad ni la confianza de conformar un equipo desde el inicio, algo que marca una diferencia sustancial.
Los entrenadores no son magos, necesitan un proceso y la confianza desde la cúpula. A Bruno no le dieron absolutamente nada de eso y aún así logró instalar al equipo en semifinales de Copa MX. En liga las cosas no pintaron muy bien, pero por lo menos empezó a sacar puntos en más de la mitad de los partidos.
Marioni se había ganado el derecho de iniciar un torneo desde cero, con la posibilidad de traer gente de su confianza y poder plasmar su idea de juego, sin olvidar el corazón, la garra y orgullo puma que siempre ha transmitido. Hoy la directiva debería darle esa oportunidad y confiar en la sangre joven de los banquillos que tanta falta le hace al fútbol mexicano.
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