Para curar una sociedad tan enferma necesitamos aprender de la reacción de la Gata Fernández al fichaje de Rojo

Estudiantes v Defensa y Justicia - Superliga 2019/20 - Marcos Rojo jugará en Boca.
Estudiantes v Defensa y Justicia - Superliga 2019/20 - Marcos Rojo jugará en Boca. / Jam Media/Getty Images
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“Todos somos hijos y muchos serán padres...como hijo muchas veces mi madre me dio la libertad de elegir, probar, acertar, equivocarme, pero siempre la puerta de casa seguía abierta. Como padre aunque mis hijos todavía son chicos seré lo mismo, decidan, disfruten, experimenten, total la puerta de casa siempre va estar abierta”, comenzó en su narración el ex futbolista Gastón Fernández, más conocido como la "Gata".

“La introducción tiene que ver con algunos comentarios leídos hacia Marcos Rojo, Marquitos ese mismo que desde que se fue a Europa nunca se olvidó de Estudiantes desde su presencia, hasta ayudar en lo que sea que haga falta. Todos sabemos lo que significa Estudiantes de la Plata para vos, por eso, ya elegiste, probá, disfrutá, experimentá y volvé que las puertas de tu casa siempre van a estar abiertas”, culminó el "10", uno de los grandes referentes que tuvo el "Pincha" en los últimos años.

Claro, todo esto se da en medio de la polémica que se generó con la confirmación de que Marcos Rojo tomó la decisión de volver a nuestro país para jugar en Boca Juniors, luego de afirmar en una entrevista que "en Argentina solo juego en Estudiantes, que es mi casa...".

Lo que dice Gastón Fernández tiene mucho sentido, más allá de que el zaguero de 30 años no pueda resistir al archivo, algo que recurrentemente le pasa a los futbolistas profesionales: a continuación repasaré los motivos por los cuales coincido con la "Gata".

En primer lugar, el ex Manchester United siempre se mostró más que agradecido con el club que le dio la chance de debutar en Primera, de hacerse un nombre y de comenzar a ser visto por otras instituciones para luego terminar disputando nada menos que dos Mundiales con la Selección Argentina.

Además del cariño que continuamente hizo público el zurdo, constantemente se acercó al club platense cuando visitaba Argentina, y de hecho decidió volver en primer término al país para jugar a préstamo en el "León" aunque luego, como quedó a la vista, no estuvo a la altura de las circunstancias por la lesión de la que nunca se pudo recuperar.

Sin actividad en Inglaterra, los constantes llamados de Juan Román Riquelme para que desembarcara en Boca lo tentaron, lo sedujeron, y lo que en un primer pensamiento era un "No hay chances, cómo voy a defraudar a la gente de Estudiantes" luego fue un "¿Por qué los estoy defraudando, si yo volví y probé? ¿Por qué me tengo que negar a un gran desafío?".

Hay veces que uno tiene que ser, y muy entre comillas, "egoísta", dejar de mirar tanto lo que dicen los demás para centrarse en lo que quiere hacer uno mismo, que en definitiva termina siendo lo único importante: a Rojo se le abrió una chance imperdible de jugar en un gigante del continente, de ser local en La Bombonera, de disputar una nueva Copa Libertadores de América, de transitar los últimos años de su carrera con más continuidad que en Inglaterra, de volver a tener la chance de ser observado en la Selección.

En medio de una sociedad enferma, que te señala con el dedo si te equivocaste en una declaración, que te hace notar un mínimo error en lugar de observar sus propias miserias y hacer una autocrítica para mejorarlas, el consejo de un ídolo de Estudiantes como la "Gata" a otro referente muy importante como Rojo, que tomó la fuerte decisión de ponerse otra camiseta, es un gesto sano y que contribuye a la armonía en lugar de la destrucción y hostilidad.

Mientras tanto, Marquitos puede tener la conciencia tranquila y encargarse de volver a deslumbrar en un campo de juego, de hacerle sentir al delantero rival que por allí no pasará, de volver a ilusionar a una enorme cantidad de público con un gol importante, de volver a ser Marcos Rojo.