Pese a la derrota, Robert Dante Siboldi debe continuar al frente de Cruz Azul
Por Benjamín Guerra
Ayer en Ciudad Universitaria, todos presenciamos la que quizá ha sido la 'cruzazuleada' más grande de la historia del fútbol mexicano, aún no determinamos si es la galardonada como la peor de todos los tiempos, pero mientras eso se define hay que analizar lo que ha pasado con la Máquina Celeste de Cruz Azul en el último año desde la llegada del director técnico charrúa, Robert Dante Siboldi.
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Primeramente, hay que recodar que la institución celeste pasaba por un momento sombrío antes del arribo del uruguayo al banquillo, la directiva y cooperativa estaba dividida, el director deportivo en ese momento era Ricardo Peláez, actual directivo de Club Deportivo Guadalajara, y presentó su renuncia porque sin consultarlo el resto de directivos decidieron cesar al entrenador en turno, que era Pedro Caixinha, además, nombraron al técnico de su decisión sin tomarlo en cuenta.
El caso es que el año 2019 terminó fatal para los cruzazulinos, en lo que comenzaban una nueva etapa con el campeón del fútbol mexicano al frente de Santos Laguna, los problemas administrativos y gerenciales se hacían presentes en la institución con los escándalos de corrupción de su expresidente Guillermo Álvarez Cuevas y más de sus allegados en la cúpula.
No obstante, el cuerpo técnico no permitió que las circunstancias perjudicaran en lo deportivo, armaron un basto plantel (que al comienzo debaja bastantes dudas) para 2020 y con eso construyeron un equipo sólido generalmente.
El Clausura 2020 fue un buen torneo para la Máquina, desafortunadamente la pandemia del coronavirus derivó a que fuera cancelado y dejaba al equipo en la cima de la tabla general con las ganas tremendas de querer terminar el certamen.
Llegó el torneo amistoso de preparación de la Copa por México, la escuadra de Siboldi nuevamente demostró su potencial y conquistaron el pequeño certamen previo al arranque del Guard1anes 2020, durante ese lapso se observaba a un equipo celeste dominante y poderoso.
Posteriormente, durante el torneo en la fase regular tuvieron altas y bajas, pero finalmente accedieron a la Liguilla sin tener que ir a la fase de reclasificación en cuarto sitio y superaron sin mayores complicaciones a los Tigres de la UANL en los cuartos de final.
Sin embargo, lo que sucedió en la serie de semifinales quedará grabado para siempre a lo largo de la historia de las fases finales, de ofrecer un gran espectáculo en la ida goleando y teniendo una ventaja más que abultada para encarar la vuelta de visita sobre los Pumas, tuvieron otra desgracia que caracteriza a la institución, podrán echarle la culpa al técnico, las ausencias de Aldrete y Corona pudieron ser factor, pero en la cancha había once jugadores y no supieron manejar la situación, por lo que en este caso es su responsabilidad principalmente.
Sufrieron una remontada inesperada, que ni los más grandes detractores del equipo podrían asegurar verdaderamente, finalizaron el global 4-4 y los universitarios avanzaron a la gran final por colocarse en mejor posición en la tabla general.
A pesar de este lamentable fracaso y desalentador momento, la reallidad es que Robert Dante Siboldi debe seguir al frente del proyecto de la Máquina, para tratar de volver a ser campeones, la directiva debe darle confianza y continuidad a su trabajo, después de levantarlos en una época de desastre administrativo.