Por el bien del Atlético de Madrid, el trueque entre Oblak y Kepa no puede pasar de rumor del verano
Cuando llega el calor los chicos se enamoran, decían Sonia y Selena. Las mujeres santo y seña de nuestras canciones veraniegas pueden o no tener razón, pero entre sus compases, además de bailar toda la noche, podemos meternos en la mente de los agentes de futbolistas. El momento en que empiezan a notar el calor de verano da lugar a filtraciones, mentiras y amores imposibles. Llega el calor, los representantes se enamoran y los jugadores centran los rumores. Por el bien del Atlético de Madrid, el último rumor sobre el interés del Chelsea por Oblak tiene que ser mentira, un amor imposible. Lampard no puede enamorar a Oblak ni besándole en la boca ni pelado.
El intercambio entre el Atlético de Madrid y Chelsea sería una bomba. Los hinchas del Atlético de Madrid, tan solo de escuchar el rumor, no es que se pongan una mano en la cabeza, es que levantan las dos y comenzarían a gritar. Son conscientes de que dejar salir al esloveno, por Kepa o por cualquier otro portero, les hará ir suavecito para abajo.
Oblak es el mejor portero del mundo, destaca en la misma competición que Ter Stegen o Courtois. Kepa, aunque prometedor, ni tan siquiera alcanza a ser el mejor portero de la Premier League. Aceptar el pacto propuesto desde Stamford Bridge sería un disparo en el pie para la propia plantilla del Manzanares. No escapa a nadie que ante este trueque, los colchoneros pedirían al encargado de la transacción que lo detengan, por malvado y peligroso, que lo detengan por robarles la calma, llevarse a su Oblak y dejarles a Arrizabalaga.
El acuerdo, ni con un buen montante económico de por medio, tiene ni pies ni cabeza. Son muchos los que en el Wanda Metropolitano piensan que Lampard puede seguir soñando con los guantes de Oblak y volver loca su vida, que ni tan siquiera en sus sueños podrá ser el dueño de sus paradas.
No obstante temen con cada rumor. Mientras que a los blues les sube la bilirrubina, a los rojiblancos les crece la mala leche. Para paliarla, en cada esquina del Metropolitano se escucha que no hay que hacer caso a esa jugada, son rumores, son rumores. Sería una tortura perderle. Pese a conocer el potencial de Kepa, no quieren verle a la vuelta de la esquina rumbeando. La mejor decisión es dar todo su amor a Oblak y abrirle un rinconcito en la renovación.