¿Por qué Julián Quiñones no pudo brillar en Tigres? Te contamos los motivos
Por Francisco Rojas
A su corta edad, Julián Quiñones puede presumir ser el goleador histórico de Lobos BUAP, bicampeón con el Atlas de Guadalajara, candidato indiscutible para vestir la camiseta de la selección mexicana de fútbol y delantero estelar del equipo más grande de México: las Águilas del América.
No obstante, en su andar por la vía profesional, hay una mancha triste. Un equipo con el cual no solo no pudo brillar, sino que hasta se llevó un par de abucheos por parte de su propia afición.
Y es que si bien fue Tigres quien lo trajo a México y apostó a convertirlo en el sustituto de su máximo goleador en la historia de la institución: André-Pierre Gignac, la hinchada nunca terminó por aceptarlo.
Entre los motivos destacan los siguiente:
El primero, cargar sobre sus hombros la presión de reemplazar a una leyenda activa como Gignac.
La sombra del francés puede volverse una condena… sino pregúntenle a Florian Thauvin, de quien siempre se espero más de lo que realmente podía dar.
En segundo, que Ricardo: el ‘Tuca’ Ferretti, en el afán, quizás, de darle minutos, lo colocó en distintas zonas del terreno de juego en donde el colombiano se esforzaba por hacer las cosas bien, y casi siempre le salían, pero nunca logró explotar su máximo potencial, pues el terreno de juego donde él más cómodo se sentía, ya estaba ocupado.
Y la tercera, una terrible lesión ante Lobos BUAP. Ante la ausencia de André (también por lesión), en 2019 Julián disputó varios minutos y lo hizo bastante bien. Incluso, había quienes comenzaban a preguntarse si era el momento de intentar con el colombiano de titular.
No obstante, en una desafortunada jugada Julián Quiñones tuvo que abandonar el terreno de juego y nunca más volvió a ser el mismo con Tigres.
El no poderse consolidar como él hubiese querido (por los motivos anteriormente mencionados), sumado a una serie de conductas extra cancha que tenían que ver con fiesta y algo más, desembocaron en un irremediable divorcio entre Quiñones y la afición.
Fricción que aún hoy en día, con todo y que Julián ya no pertenecer más a la institución, sigue más viva que nunca.