Ronnie Brunswijk, el vicepresidente de Surinam en busca y captura que jugó con 60 años en la Concacaf
El fútbol no deja de sorprendernos. Historias inverosímiles que se reproducen dentro del césped, dignas de una película de ficción. El pasado 21 de septiembre, durante un partido de la Liga Concacaf (la segunda competición continental de América del Norte y el Centro) que enfrentaba al Inter Moengotapoe con el Olimpia de Tegucipalga, el equipo local alineó a Ronnie Brunswijk, de sesenta años, vicepresidente de Surinam con un currículum muy extenso, pero no precisamente por el fútbol.
Brunwijk no solo es conocido en Surinam, sino que se ha labrado una reputación, tanto buena como mala, en toda Centroamérica y parte del resto de países. El actual vicepresidente de Surinam y dueño del Inter Moengotapoe se labró una reputación como líder guerrillero del país.
Jugó como titular y aguantó sesenta minutos sobre el césped, pero no podrá jugar el partido de vuelta porque está en busca y captura por la Interpol. Brunswijk, que en su juventud fue atracador de bancos, está en la lista de delincuentes de la Interpol. El poder judicial de los Países Bajos le busca por narcotráfico. No puede salir de Surinam.
El partido terminó con goleada del Olimpia por cero goles a seis, pero el show no terminó ahí, con Brunswijk el show debía continuar e hizo lo que mejor sabe hacer: convencer a la gente a base de dinero. El futbolista por un día, en su campaña para ser vicepresidente, convenció a los barrios periféricos lanzando billetes desde un helicóptero. Esta vez, para honrar al equipo visitante, al terminar el partido se acercó al vestuario visitante y repartió billetes entre los jugadores rivales, que se agolpaban para recibir su premio.
La Concacaf ha iniciado una investigación por lo sucedido al final del partido. Podría sancionar a los dos clubes. El Olimpia ha emitido un comunicado comunicándolo y poniéndose al servicio de la investigación.