Solskjaer, el Manchester United y un inevitable desenlace
El Manchester United no se puede permitir este tipo de resultados, y con Ole Gunnar Solakjaer parece haberse convertido en una costumbre. La derrota de ayer vs Watford fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de la afición de Manchester, que ha celebrado por todo lo alto la destitución del técnico nórdico.
El equipo no tiene sellada, ni mucho menos, su clasificación para los octavos de final de la Champions, y no se puede permitir con la plantilla que tiene quedar eliminado de la máxima competición europea, o no quedar entre los cuatro primeros de la Premier League.
Hay un momento en el que si las cosas no funcionan lo mejor es despedirse y dar un paso a un lado. El romanticismo de las separaciones futbolísticas se basa en que ninguno pierda la dignidad en el intento de prolongar algo con fecha de caducidad. Si Solskjaer no quiere destrozar la imagen que dejó como futbolista hace bien en dejar de estirar su etapa como entrenador en la que ha demostrado que le faltan muchas cualidades para triunfar en un equipo grande.
El Manchester debería comenzar a buscar un sustituto adecuado desde ya para poder contar con él lo antes posible. Es importante que encaje con la filosofía y que sea capaz de manejar una plantilla de estas dimensiones donde la pelea de egos se acrecenta en cada mercado de fichajes.
El que suena con más fuerza es Zinedine Zidane, que parece estar aprendiendo inglés. Perdieron la oportunidad de llevarse a Antonio Conte por darle demasiadas últimas oportunidades a Solskjaer.
La era de Ole ya ha llegado a su fin y tampoco puede calificarse como un desastre absoluto, pues en realidad, desde la era Ferguson ha sido el primero en otorgarle cierta personalidad a un equipo que ha vivido una década complicada.