Umtiti y Pjanic no pueden quejarse del abucheo generalizado

La celebración del trofeo Joan Gamper tuvo sus aspectos positivos, como por ejemplo el juego del equipo, y sus aspectos negativos, como por ejemplo el abucheo a algunos jugadores de la primera plantilla.
Han salido noticias de que cuando los capitanes saltaron al terreno de juego recibieron una pequeña pitada, pero realmente no fue más allá de dos o tres cafres silbando. Los dos jugadores que sí recibieron un abucheo generalizado fueron Samuel Umtiti y Miralem Pjanic.
Umtiti pitado durante la presentación y el partido. No le sentó bien y se fue a los vestuarios sin esperar la entrega del trofeo Gamper. pic.twitter.com/ZtYZp6YNjh
— Josep Soldado Gómez (@JosepSoldado) August 8, 2021
Es cierto que la afición venía bastante "caliente" por la imposibilidad en la renovación de Leo Messi y culpaban al estratosférico sueldo de estos dos futbolistas. Desde el punto de vista de la lógica hay que admitir que que dos jugadores que aportan al club lo que el francés y el bosnio no pueden cobrar entre los dos casi 30 millones de euros anuales. También es totalmente cierto que esta situación no es culpa de ninguno de ellos, pues ninguno de nosotros rechazaría un contrato de esa cuantía por mucho que pensemos que nuestra aportación no estará a la altura.
Da la sensación de que como el verdadero culpable de la irremediable marcha de Leo Messi, Josep María Bartomeu, ya no está en el club, la afición está intentando buscar dianas fáciles para cargarles la culpa.
???#UMTITI en su Instagram
— Carlos (@ccerecedo_) August 8, 2021
?”A veces es mejor no decir nada, y dejar que el silencio se ocupe de las cosas”
?Está mal pitar a un jugador pero yo lo siento, no estoy de acuerdo para nada. Puerta YA#FCB #FCBlive #FCBarcelona pic.twitter.com/wSC4WR3Rxp
El central francés mostró bastante desacuerdo con el sector de la grada que silbaba su actuación por lo que decidió, una vez finalizado el partido, irse a los vestuarios sin recibir el trofeo junto al resto de sus compañeros. Actitud que bajo ningún concepto honra al futbolista, pues tampoco se puede quejar del trato que ha tenido en Barcelona los últimos años en los que, desde que decidió no operarse para poder jugar el mundial con Francia, ha ido saltando de lesión en lesión.