Un buen Atlético de Madrid se duerme en la segunda parte, pero gana con la suerte del...¿campeón?
Por Pablo Falcones
Lo cierto es que viendo la primera mitad del Atlético de Madrid hoy en Elche (0-1), parecía complicado pensar que este equipo hubiera perdido tantos puntos en las últimas jornadas. Los rojiblancos salieron a tope y ese dominio lo plasmaba Marcos Llorente tras una gran jugada de Carrasco por la izquierda.
Un Carrasco que junto a Kondogbia fue el mejor del equipo visitante. Kondogbia, apuesta sorprendente pero a la vez acertadísima de Simeone para hoy. Más allá de lo táctico, el dominio rojiblanco en los primeros 45 minutos fue total, y sólo la mala suerte con el VAR impidió que se marcharan al descanso sin haber sentenciado el partido.
Porque por milímetros, el VAR determinó que no valía un gol de Luis Suárez por fuera de juego, y luego anulaba un penalti por mano involuntaria de Marcone. En la segunda parte de nuevo intervenía para 'quitarle' otro tanto al uruguayo. No era su día, ni tampoco el de los rojiblancos con el propio VAR.
Pero más allá de esta vicisitud, lo cierto es que esa segunda parte de la que hablamos dejó mucho que desear en el equipo de Simeone. Ya habían regalado los primeros 45 minutos en Bilbao (2-1) y hoy se repitieron vicios. El Elche tampoco generaba mucho peligro, pero sin apretar demasiado llegaba vivo y encerraba al Atlético en el tramo final.
Y sin estar el partido cerrado, los ilicitanos la podían tener. Y vaya que si la tuvieron. Mano de Marcos Lorente y penalti que podía poner la liga aún mas interesante si cabe. Sin embargo, esa mala suerte que había perseguido al líder hoy con el VAR, le apareció en esa jugada. Fidel lanzó al palo y Simeone y los suyos pudieron respirar con 3 puntos vitales.
El Atlético de Madrid no sentenció cuando pudo, se durmió en la segunda parte y al final vio cómo le sonreía la suerte. Igual que pasó hace unas jornadas contra el Alavés (1-0). En un final de liga tan apretado, estas jugadas son capitales. Al final sumaron la victoria y ya queda una jornada menos. ¿Será la suerte del campeón?