Un Madrid sin pólvora empata 1-1 en el Bernabéu ante el Girona
Había un muy buen ambiente en el Bernabéu. Domingo, buena temperatura, buena hora... Pero el Madrid no salió convencido de que podía llevarse los tres puntos. Como si el equipo no creyese en sí mismos tras el pinchazo entre semana ante el Leipzig.
Tuvieron una tarde gris. Condicionada en primer lugar por la ausencia de Tchouaméni. Camavinga fue el titular, pero no se adaptó al centro del campo. Se le vio participativo, con ganas de hacer bien las cosas y sorprender a su público, pero sigue estando muy despistado en muchas fases del juego.
Tiene que aprender todavía a ocupar los espacios, en muchos tramos con balón su participación fue nula.
Tuvimos que esperar hasta el minuto 70 de partido para que apareciese Vinicius para poner tierra de por medio. Vini no estuvo fino. Se nota mucho que el Mundial está a la vuelta de la esquina, y sobre todo la ausencia de Karim Benzema. El francés hace jugar al carioca.
El Madrid tiene un problema arriba. No generan ocasiones tan claras como para hacerse con un partido de este calibre. Rodrygo ocupó demasiado la media punta y Valverde no consiguió ser incisivo por derecha. Sumado a un partido muy espeso de Modric y de un Kroos que acabó expulsado es normal ver con buenos ojos el resultado del Real Madrid, porque no mereció ganar.
Asensio tuvo minutos y fue el causante del gol de Stuani, cometió mano dentro del área y Melero no dudó en señalarlo. Solamente quedan tres partido antes de que empiece el Mundial y el Madrid aun no ha perdido. Las sensaciones non son buenas, pero dentro de lo malo, lo mejor.